domingo, 26 de mayo de 2019

¿Puede desaparecer el CPB?



S
alvo porque cuenta con determinados activos materiales —que hacen imperativa la preocupación de sus socios por cuidarlos y preservarlos con la suficiente diligencia—  aquella entidad de naturaleza gremial que llegó a ser la más importante del periodismo en Colombia —el CPB— es hoy apenas un fantasma otoñal. 


A despecho de su pasado de prestigio, la actual constituye una organización cada vez menos visible en esta, tan difícil coyuntura de la vida nacional. El hoy de la institución insinúa una especie de narcolepsia en su responsabilidad directiva, de consecuencias tan previsibles como pudieran ser las relacionadas con su desaparición, más temprano que tarde.



Aparte de ocasionales mensajes de correo electrónico que envía a sus agremiados, ¿cuándo se escucha su voz, dónde están sus acciones y su liderazgo frente al bien complejo escenario de medios y de periodistas intimidados, y cuando no, víctimas fatales en el cumplimiento de su deber? En resultados de gestión, ¿dónde queda el rol del CPB como defensor de los legítimos intereses de los periodistas, tantas veces atropellados laboralmente?




Pionero y referente de la causa por la libertad de información y por la defensa del ejercicio periodístico en épocas verdaderamente significativas para el país y para la profesión, sin duda el Círculo de Periodistas de Bogotá discurre hoy en sus horas de mayor incertidumbre. 


¿Hacia dónde va el Círculo de Periodistas, si no a su extinción, cuando es manifiesta la falta de sentido de pertenencia de un determinante número de asociados, así como de falta de solidaridad de cuerpo, de compromiso, de mística y de propósito de servir, en particular de quienes se hacen elegir para la misión de conducir los destinos de la entidad? 




Con las excepciones a la regla, ¿por qué la proclividad histórica de sus dirigentes para llegar al gobierno del CPB aduciendo una supuesta vocación de servicio, que no solo no se cumple, sino que suele terminar en profundos desencuentros entre sí, causantes de irreparables daños no solo a la imagen de la entidad, tan meritoriamente ganada durante décadas, sino también a su viabilidad como institución?



¿De veras está el Círculo condenado a una existencia no solo de carencias y vicisitudes —incluidas las muy sensibles de orden económico— y las cuales saltan a la vista en los informes de asamblea, sino a la de falta de visión de sus dirigentes y de la apatía de muchos de sus socios, cuando, hoy más que nunca, apremia la necesidad de devolverle al CPB su dignidad, lustre y preponderancia?  




Como quien dice, en el CPB, de modo inexorable, con las glorias han devenido las vanaglorias, y con ellas, las tristezas y las preocupaciones por la suerte de esta respetable institución, fundada con grandeza de espíritu en 1946.


lunes, 16 de marzo de 2015

El periodismo es digital





Periodismo digital, también llamado ciberperiodismo, es un término nuevo para describir la tendencia del periodismo que tiene como espacio principal de desarrollo al Internet y el flujo constante de contenidos, el denominado cloud journalism. Según palabras de Ramón Salaverría «es la especialidad del periodismo que emplea el ciberespacio para investigar, producir y, sobre todo, difundir contenidos periodísticos». 

Esta nueva área del periodismo tiene que ver directamente con el desarrollo de las nuevas tecnologías y muy especialmente desde finales del siglo xx. Los medios de comunicación social como la radio, la televisión, la prensa, el cine y otros, con sus diferentes géneros y modos de expresión, han ido incursionando en el nuevo medio de comunicación social del siglo xx. En la actualidad es posible sintonizar emisoras, ver canales de televisión, películas,música, leer periódicos y demás en el Internet. 

En consecuencia, se habla de radio digital, televisión digital y prensa digital para referirse a los medios que se transmiten utilizando la tecnología digital, más versátil y con más prestaciones que la antigua analógica o que se emiten por el llamado ciberespacio. 

Para muchos, este creciente fenómeno pone en peligro la existencia misma de los medios de comunicación convencionales, sin embargo, ello recuerda las mismas reacciones que durante el Siglo XIX se presentaban cuando se desarrollaban nuevos medios de comunicación, como la fotografía para la pintura, la televisión para el cine y otros. 

El 27 de agosto de 2007, uno de los creadores del Internet, Vint Cerf, dijo en el Festival Internacional de Televisión de Edimburgo que «estaban contados los días de la televisión actual» porque el 85% de todo el material de video que se ve es pregrabado y está siendo puesto todo en el Internet. Este fenómeno ha creado además una nueva versión del periodista: el digital, es decir, aquel que elabora la información básicamente a través del Internet y, en consecuencia, una creciente audiencia digital.

Tomado de Wikipedia





  
La creciente importancia alcanzada, propia de la civilización tecnológica, lleva a la certeza de que si el periodismo no está a la altura de las exigencias y de las respuestas de la era digital, se expone a quedar prácticamente a la zaga en sus modos y contenidos de comunicación, así como de sus alcances.

A manera de inducción al tema, he aquí un enlace clave:



sábado, 7 de junio de 2014

Los cuatro jinetes del Apocalipsis

Por Miguel Ángel Bastenier

El País. de Madrid

En el periodismo en castellano, pero más acusadamente en América Latina, anidan cuatro grandes plagas a combatir.






El castellano de América Latina es positivamente más rico que el de España. En la Costa Caribe colombiana, aunque los naturales no practican la poderosa ingeniería bucal de Bogotá para pronunciar la d al final de palabra, hablan un español ingenioso, valioso y acucioso, con un acervo de modismos que existieron en algún tiempo en la Península, pero han quedado en el olvido de unas jóvenes generaciones que con 200 o 300 palabras hacen el avío. Recuerdo la primera vez que en un periódico bogotano una secretaria se me dirigía como “su merced”, para comprobar acto seguido que escribía sumercé, lo que, bien mirado, tiene más sentido, porque nadie haría una pausa entre ambas palabras. No es, sin embargo, oro todo lo que reluce.


En el periodismo en lengua castellana, pero más acusadamente en América Latina, anidan cuatro grandes plagas a combatir. Esos cuatro jinetes del Apocalipsis son:declaracionitis; oficialismo; hiperpolitización; y omisión internacional. Definamos aunque, de momento, escuetamente, cada uno de esos conceptos.
La declaracionitis, muy practicada también en España, es la publicación masiva de lo que la gente dice, con gran preferencia sobre lo que la gente hace, entre otras cosas porque es más fácil, porque los que hacen declaraciones lo que quieren es verse reproducidos por los periódicos y demás medios de comunicación. Pero, así, fabricamos diarios tan gélidos como el palacio de hielo de Supermán, en los que numerosos personajes, uno tras otro, toman constantemente la palabra, pero carecen de realidad física, tangible, no existen como sujetos de la acción, porque no hay auténtica acción por ninguna parte.
El oficialismo no es simplemente ir a favor o no del gobierno y de las autoridades de turno, sino publicar todo lo que más o menos remotamente tenga un origen oficialesco, provenga de cámaras de comercio, asociaciones más o menos oficiosas del poder, y no digamos ya comunicados de partidos políticos, multinacionales y ¿quién no? Tomemos casi cualquier diario en el ámbito de la lengua española, especialmente de provincias y contemos las primeras, digamos 8, 9 o 10 páginas, todas ellas presuntamente de información, y calculemos cuántos de esos textos tienen o no un origen oficial. La contabilidad es apabullante. Y con lo que dicen las autoridades no se hacen periódicos sino panfletos.
La hiperpolitización. El parque de lectores en la mayoría de países de América Latina es limitado y en España apenas algo mayor (y en reducción constante), lo que significa que los compradores de diario se hallan prácticamente en su totalidad —pero no siempre y no todos, puesto que hay éxitos como el de un diario popular peruano, que pone una nota al pie a esta generalización— en la mitad superior de la escala social; y ese segmento de la población es quien vive más directamente el fenómeno de la política y por ello al mismo van dirigidos la gran mayoría de los periódicos. Pero ocurre que eso deja fuera a un gran bloque de potenciales lectores de clase media-media (tanto en el soporte impreso como en el digital) que viven más alejados de la política nacional, pero a los que presumiblemente podrían interesar temas de consumo, vida cotidiana, ciencia, salud, etcétera. No directamente políticos, sino todo lo contrario.
Y el último caso, el del desconocimiento del mundo internacional, es el que más me duele por mi formación de internacionalista, pero hay que reconocer que no tiene solución generalizadora porque la información internacional, para que pueda rivalizar o superar a los medios audiovisuales, exige un gran desembolso, agenda propia, corresponsales y enviados especiales, lo que, a su vez, solo es posible con un mercado importante, nutrido, y de buen desempeño económico, lo que no es precisamente frecuente. Así y todo, España conserva una cierta tradición de información mundial y europea que en América Latina solo encuentro su equivalente en Buenos Aires, y se hace lo que se puede, aunque no sea nunca suficiente.

Este es un temible cuadrunvirato a batir, que podría, quizá, hacer interesante el consumo de prensa, digital e impresa, a un público más amplio, aunque es evidente que la creación de un mercado verdaderamente masivo solo cabe esperarla de los sistemas educativos, de calidad y gratuitos como reclaman los estudiantes chilenos. Al mismo tiempo, estas cuatro plagas del periodismo en español podríamos integrarlas en un contenedor de más vastas proporciones que llamo el chip colonial, dinásticamente emparentado, como su nombre indica, con los tiempos en que América, las Indias, fueron colonia. Pero ese sería el siguiente capítulo, de lo que espero que sea una larga serie.


Publicado por El País, de Madrid

lunes, 23 de septiembre de 2013

Periodismo sin criterio de análisis

Foto Agencia EFE
Relacionado con el gran paro agrario ocurrido en Colombia en agosto y septiembre de 2013, el siguiente artículo deja en evidencia, una vez más, la ausencia general de análisis del periodismo frente a un fenómeno de tan grandes proporciones y de tan sensibles implicaciones sociales, económicas y políticas. Su autor, Javier Darío Restrepo, una de las plumas y de las voces más respetadas del periodismo, es experto en ética periodística, catedrático de la Universidad de Los Andes y conferencista en temas de comunicación social. Ha sido columnista en El Tiempo, El Espectador, El Colombiano y El Heraldo.

Por la carretera que une a Florencia con su aeropuerto aparecieron a lado y lado los grupos de campesinos y su campamento de protesta. Viéndolos pensé que han adquirido el perfil de un poder que les sienta como un vestido que nunca se les había ocurrido usar.

Durante su prolongado paro han puesto al descubierto las fallas y debilidades del gobierno Santos; han dejado ver los errores y flaquezas de la sociedad colombiana y a los periodistas nos han preocupado porque, otra vez, han quedado al desnudo nuestros errores profesionales.

Las informaciones diarias insistieron hasta el cansancio en el espectáculo de las carreteras bloqueadas, de los campesinos que gritaban, de las llantas y vehículos incendiados y de policías y campesinos que tiraban piedras. Esa fue la información del qué del paro. Pero fue una dimensión silenciada, la del porqué del paro. La piedra o los bloqueos fueron más importantes que las razones que habían llevado a este grupo humano a sacudirse la resignación, el silencio y el ‘ningunamiento’.

También debía informarse el porqué del Gobierno, sobre todo porque eran contradictorias esta actitud desdeñosa frente a los campesinos: “el paro no existe” y la pose heroica con que el presidente había anunciado su proyecto de restitución de tierras. Necesitaba una explicación aquel anuncio sobre la defensa y apoyo a los campesinos que ahora iba en contravía de las maniobras y sutilezas para que industriales poderosos como los de Riopaila se quedaran con los baldíos de Orinoquia que debían ser para los campesinos. No hubo espacio para explicar esa contradicción pero sí lo hubo para los abogados sofisticados que le dieron apariencia jurídica a un proceso de trampas.

Fue, pues, una falla por omisión de información. También la hubo por acción. Los campesinos tuvieron dos amenazas en el curso de su paro: las acciones de fuerza de la policía y la presencia de los vándalos. A estos infiltrados podrían agregarse los políticos que pretendieron hacer suyo el movimiento campesino. No fue ingenuidad sino incapacidad profesional la que llevó a la prensa a dar por hecho que los campesinos no eran campesinos sino instrumentos de las Farc, o adherentes de la Marcha Patriótica, y tal fue la imagen que ofrecieron al país y que aprovechó el gobierno para deslegitimarlos.

Había sido la ocasión para mostrar la fuerza de la solidaridad campesina en las ollas comunales con que resolvieron y resistieron el prolongado paro. ¿Alguien investigó y destacó el papel de la mujer campesina en el hogar y en los cultivos familiares, mientras los hombres de la casa defendían su dignidad y sus derechos?

Fue un paro contado de modo amañado, acusó un columnista. Se destacó en esta oportunidad esa vieja falla, la del oficialismo instintivo de medios y periodistas que no parecen haber descubierto que las fuentes menos fiables y a las que debe aplicarse todo el rigor de la comprobación, son las oficiales, puesto que el poder, por serlo, está muy cercano a la mentira usada como mecanismo de defensa.

Estas fallas hicieron más notorio el papel cumplido por las redes sociales en donde no imperan ni la dictadura de los ratings, ni las adhesiones interesadas. Con una libertad mayor que la de los medios comerciales, tuiteros y blogueros convocaron, por ejemplo, a los cacerolazos que llenaron las plazas principales en Bogotá, Tunja y otras capitales.

Desde internet pareció escucharse con mayor nitidez que en los medios, el pedido de los campesinos: “hablen por nosotros, que los sentimientos de la comunidad campesina lleguen a la gente a través de ustedes”.

Quizá fue esta la gran falla: no haber escuchado y conocido más a los campesinos. Se perdió la oportunidad de hacer un periodismo a lo grande porque la prensa estuvo demasiado ocupada en recoger los boletines oficiales y en escuchar la voz de los amos.
Por Javier Darío Restrepo
Publicado en El Heraldo, de Barranquilla

martes, 20 de agosto de 2013

El periodismo y las huellas de los Kirchner

Jorge Lanata y su característico gesto de desaprobación contra hechos, situaciones y protagonistas de la vida política argentina, que aborda con lupa y sin temores, no obstante la respuesta sistemática del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner para acallar o soslayar sus verdades y su osadía investigadora.
Para quienes apenas puedan estar llegando a la sintonía de los acontecimientos en Argentina, muy grosso modo habrá que decir que Jorge Lanata es, hoy por hoy, desde el periodismo investigativo, la cabeza visible del clamor de la sociedad civil contra el imperio de la corrupción en el Estado y el gobierno de su país en la era de los Kirchner.

"Asesino mediático" es el calificativo de la Casa Rosada, la sede del poder ejecutivo, para el también escritor y documentalista, nacido en Mar del Plata (1960), y cuyo programa de televisión Periodismo para todos, que conduce con rigor investigativo, pero también con una dosis de sarcasmo, crítica y humor, alcanza altos índices de sintonía en el país. En su inclaudicable empeño por desenmascarar al poder, Lanata ha logrado destapar prácticas como el enriquecimiento ilícito a manos llenas por parte de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y de su fallecido esposo y predecesor, Néstor Kirchner.

Con paciencia, prolijidad, desvelo y con la temeridad de un kamikaze, Lanata ha sacado a la luz pública los métodos y los escondrijos adonde Los K, como mejor se conoce a la familia presidencial, atesoran su incalculable fortuna, amasada en el ejercicio de gobierno, mediante la sofisticada construcción de caletas para almacenar miles de millones de dólares en rama, acción que involucra a una compleja red de testaferros.

En verdad, no un capítulo más, sino un nuevo, revelador y escandaloso episodio que da cuenta de los alcances del plan urdido por la familia Kirchner, gracias al cual la todopoderosa primera dama argentina está clasificada por publicaciones como Forbes como una de las mujeres más ricas del planeta, acaba de aparecer en el importante diario La Nación, con el título "Jorge Lanata mostró las islas Seychelles, el paraíso fiscal vinculado a la ruta del dinero K", precedido de "El caso Lázaro Báez", uno de los cerebros de la organización. Su contenido es el siguiente:

Periodismo Para Todos mostró presuntas conexiones del caso que involucra a Lázaro Báez con un paraíso fiscal, donde estuvo Cristina en enero pasado.
Las islas Seychelles, donde la Presidenta hizo escala durante dos días en enero pasado. Foto: Archivo 
Una nueva investigación de Periodismo Para Todos reflotó las denuncias sobre la ruta de lavado de dinero que involucran al empresario kirchnerista Lázaro Baéz y mostró presuntas conexiones del caso con otra firma que funciona en las islas Seychelles, y adonde en el marco de una gira por Asia la presidenta Cristina Kirchner hizo escala durante dos días.

Seychelles, un conjunto de islas en el océano Índico al noroeste de África, fue uno de los lugares que mencionó el financista Federico Elaskar, al dar cuenta de la ruta de lavado de dinero K. Según denunció Lanata allí funcionaría la firma Aldyne, una sociedad que está siendo investigada por la justicia argentina tras mantener presuntos nexos con la financiera SGI, conocida como "La Rosadita", ahora en manos del fondo suizo Helvetic Services Group (HSG).

Aldyne es una sociedad que conforma 148 empresas creadas en Nevada, Estados Unidos, y que según evidenció el informe de PPT estarían siendo controladas por Helvetic, la firma que compró la financiera de Elaskar en Puerto Madero, ahora investigada en la causa por presunto lavado de dinero.

Según el Boletín Oficial la presidenta Cristina Kirchner habría viajado a Victoria, en las islas Seychelles, el 21 y 22 de enero pasado, en el marco de la gira oficial a Asia. En esa oportunidad la acompañaron su secretario Pablo Barreiro, el médico Luis Buonomo y dos funcionarias de la Secretaría General, Analía Olivera y Mónica Llamedo.


En mayo pasado, el diputado nacional Gerardo Milman, en medio de la sesión parlamentaria que debatía el proyecto de blanqueo de capitales, denunció que los archipiélagos situados en el océano Índico son un conocido paraíso fiscal. En sintonía con ello, tras ser consultado por el programa periodístico, el legislador denunció a su vez que una resolución eliminó a las islas Seychelles de la lista de paraísos fiscales.

Anoche (agosto 18 de 2013), durante la emisión del programa, la Casa Rosada calificó de falsa la información y emitió un comunicado oficial fustigando las acusaciones del ciclo televisivo.

En tanto, un segundo informe evidenció que el ex presidente fallecido Néstor Kirchner habría creado una empresa en Irlanda, con vínculos a una firma en Panamá, en la que figuraba como director.

Las islas Seychelles, en el mapa

sábado, 8 de junio de 2013

Teoría de la aguja hipodérmica en los medios

 
agujahipodermicapuj.blogspot.com -

 
El primer conjunto de creencia sobre la naturaleza y el poder de las comunicaciones de masas no fue formulado de hecho en su momento por ningún estudioso de las comunicaciones. Pero en visión retrospectiva se conoce como la teoría de la bala mágica. Posteriormente ha recibido otros nombres más pintorescos como teoría hipodérmica o teoría de la reacción en cadena. La idea básica que subyace tras esos nombres es que los mensajes de los medios son recibidos de manera uniforme por todo el público y que las reacciones inmediatas y directas son disparadas por estos estímulos.

De Fleur, Melvin (1986)


Cada miembro del público de masas es personal y directamente atacada por el mensaje” (Wright, 1975). Con esta frase se sintetiza y se define adecuadamente lo que la teoría de la aguja hipodérmica sostiene.

Históricamente, la teoría de la aguja hipodérmica (o teoría de la bala mágica) coincide con el peligro de las dos guerras mundiales y con la difusión a gran escala de las comunicaciones de masas. Se comenzó a definir cuando la mirada se concentró en los efectos que tuvo la propaganda durante los conflictos.

La Primera Guerra Mundial supuso un gran despliegue de armas y de dinero, lo cual significó una mayor pérdida social. En ese momento, Gran Bretaña y Estados Unidos no habían sufrido las consecuencias de una catástrofe como esa y no estaban preparados para superar tal daño. La guerra se dio muy cerca de la población civil, por lo que se hizo necesario darle una importancia a la guerra que en realidad no tenía. Para ello se utilizó la propaganda en una sociedad en la que los vínculos eran cada vez más difíciles, para convencer a la gente de que diese su vida en un conflicto mundial que, finalmente, sólo sería beneficioso para unos pocos. Finalizada la primera guerra, en Alemania, EEUU y Gran Bretaña se comenzó a reflexionar sobre este bombardeo propagandístico tan grande como medio para manipular a la gente por parte de los gobiernos y los medios de comunicación…así se comienza a formular la teoría.

Los elementos que más caracterizaron el contexto de la teoría son la novedad del fenómeno de las comunicaciones de masas y la conexión de dicho fenómeno con las trágicas experiencias totalitarias de aquel período histórico. Se trató de una aproximación global al tema de los medios, indiferente a la diversidad entre los distintos medios, y responde particularmente a la pregunta “¿Qué efecto producen los medios en una sociedad de masas?”

La teoría plantea que la manipulación es posible ya que frente al enorme y creciente poder de los medios, no hay ningún elemento de resistencia; el mensaje se dirigirá por los medios de comunicación de masas, a partir de ahí, es posible crear un estímulo, un mensaje tan fuerte que se “inyecte dentro de la piel de cada miembro de la sociedad” (de ahí el nombre “aguja hipodérmica”). Entre emisor y receptor, entre estímulo y respuesta no hay ninguna intermediación que impida conseguir los objetivos, hay una relación directa de causa-efecto, algo mecánico.

Sin embargo, es imposible hablar de la teoría hipodérmica sin mencionar los diversos conceptos de la sociedad de masas que se sostenían en aquel momento y sin concentrarse en la propaganda, más que en los medios en sí.

La sociedad de masas

-El pensamiento político del siglo XIX, de carácter conservador, señala en la sociedad de masas el resultado de una progresiva industrialización, de la revolución en los transportes, comercios y en la difusión de valores de igualdad y libertad. Estos procesos provocan la pérdida de exclusividad por parte de las élites que se encuentran expuestas a las masas. Se pierde un vínculo con las tradiciones, lo cual contribuye a debilitar la conexión que une a los individuos como sociedad, provocando aislamiento y alienación.

-Ortega y Gasset introduce en 1930 el concepto de hombre-masa, el cual es descripto como el resultado de la desintegración de la élite y como la antítesis de la figura del humanista culto. La masa es el juicio de los incompetentes, es la representación de una especie que basa su valor en el saber técnico y científico, “es todo lo que no se valora a sí mismo- ni en bien ni en mal- mediante razones especiales, pero que se siente “como todo el mundo” y sin embargo, no se angustia, es más, se siente a sus anchas al reconocerse idéntico a los demás” (Ortega y Gasset, 1930). La masa arrasa todo lo que es diferente, singular, individual, cualificado y seleccionado; revelan un absurdo estado de ánimo, sólo están preocupadas por su bienestar y, al mismo tiempo, no se sienten solidarias con las causas de este bienestar, mostrando una absoluta ingratitud hacia lo que les facilita la existencia.

-Georg Simmel estudió la dinámica entre individuos y masas así como su nivel de homogeneidad. Observa que la masa es una formación nueva que no se basa en la personalidad de sus miembros, sino sólo en aquellas partes que unifican a cada uno con todos los demás. Las acciones de la masa apuntan directamente a su mente e intentan llegara a ella por la vía más breve: esto hace que lo que las domine sea siempre una única idea, la más sencilla posible. Sin embargo, cada idea simple debe ser también la más radical exclusiva.

-Según Herbert Blumer, la sociedad de masas es vista como el comienzo de un orden social más compartido, o bien, como una estructura social originada por el desarrollo de la sociedad capitalista. Se compone de personas que no se conocen, separadas unas de otras, con escasas o ninguna capacidad de interactuar. Carecen de tradiciones, reglas de comportamiento, liderazgo y estructura organizativa.

-Eliot Friedson sostuvo que los individuos- en tanto componentes de la masa- están expuestos a mensajes, contenidos, acontecimientos que van más allá de su experiencia y de valor que no coincide con las reglas del grupo del que el individuo forma parte. En este sentido, la pertenencia a la masa dirige la atención de los miembros lejos de sus esferas culturales y vitales, hacia áreas no estructuradas por modelos o expectativas. Las masas son un grupo que surge y vive más allá y contra los vínculos comunitarios preexistentes, que resulta de la desintegración de las culturas locales y en la que los papeles comunicativos son forzosamente impersonales y anónimos. La debilidad de una audiencia indefensa y pasiva deriva precisamente de esta disolución y fragmentación.

-Finalmente, Charles Wright Mills concluyó que cada individuo es un átomo aislado que reacciona por separado a las sugerencias de los medios de comunicación de masas monopolizados. Si los mensajes de la propaganda consiguen llegar a los individuos de masa, la persuasión puede ser fácilmente “inoculada”, es decir, si se da en el “blanco”, la propaganda obtiene el éxito preestablecido.

Características particulares de la teoría de la aguja hipodérmica

En la sociedad de masas el individuo se queda impotente para elaborar de forma específica los mensajes que llegan de los medios masivos de comunicación, por eso es posible hablar del modelo conductista de Estímulo-Respuesta. Los medios de comunicación son los emisores de un mensaje que se hace llegar a los individuos de una sociedad, los mensajes pasan por debajo de la piel sin ningún problema: el mensaje como estímulo que provoca una reacción. Como emisores del mensaje, los medios de comunicación o los gobiernos desean provocar ciertas reacciones.

La masa está constituida por individuos juntos que están separados y que no tienen capacidad de captar los mensajes que proceden del emisor de forma invisible. El conductismo habla de reacciones iguales de individuos ante estímulos determinados.

http://comuni-comuni.blogspot.com/2012/02/teoria-de-la-aguja-hipodermica.html
Las implicaciones de este modelo son:

-El aislamiento, la individualidad, la falta de interacción, la pasividad.

-La unidireccionalidad

-La asimetría de los roles: La acción es del emisor que envía el mensaje, produciendo así un estímulo; la pasividad está en el receptor porque sólo lo recibe y reacciona de manera uniforme.

-La comunicación como proceso intencional, que busca un efecto concreto y que es medible porque da lugar a una conducta visible, relacionada con el objeto del emisor.

En síntesis, la iniciativa está exclusivamente en el emisor y los efectos sólo en el receptor. La perspectiva está concentrada sólo en el análisis del mensaje, ya que entre la emisión y la recepción hay una linealidad de la que no se puede escapar.

Los emisores tienen un efecto omnipotente, ante absolutamente todo estímulo, se espera una respuesta que será siempre igual, siempre la misma y siempre de igual medida, en otras palabras, una respuesta homogénea.
 
Bibliografía
-Enciclopedia Wikipedia
-Wolf, M., “La investigación de la comunicación de masas”. Ediciones Paidos, Buenos Aires.
-Ortega y Gasset, J. “La rebelión de las masas”. Il Mulino, Bolonia, 1962.
-Wright, C. R. “Mass Comunications: A Sociological Approach”. 2da edición, Random House , Nueva York.
-comunicacion.idoneos.com
 
Por Pablo Andrés Barone

martes, 16 de abril de 2013

El fin del lumpen chavista...

El chavismo ha seguido la pauta cubana, pero con una gran diferencia: la retórica de la revolución bolivariana es ridícula, cursi y vacía.
Seguidores de Maduro en las calles de Caracas. RONALDO SCHEMIDT (AFP)
La victoria moral, si no real, de la oposición en las elecciones presidenciales venezolanas ha frenado de momento el proyecto chavista para el país, es decir, el empobrecimiento progresivo, espiritual y material, de todos sus ciudadanos y la institucionalización de la mentira, convirtiendo al lumpen urbano en sujeto de la revolución.

El chavismo ha seguido la pauta cubana, pero con dos grandes diferencias: la retórica de la revolución bolivariana es ridícula, cursi y vacía, además de inmisericorde e importada, pero sobre todo impostada porque carece de toda epopeya. Ni tan siquiera ha sido capaz de generar un arte o un estilo propio como la Revolución Mexicana o cubana. Segundo y más importante, Hugo Chávez ha contribuido a la historia del autoritarismo político con una aportación original: cómo destruir la democracia mediante la celebración de elecciones fraudulentas constantes, nada más y nada menos que 17 en 14 años.
Una derrota, como probablemente ocurrió el domingo, y se caía el castillo de naipes, lo que previsiblemente sucederá en los próximos meses. El sucesor de Chávez, Nicolás Maduro, no parece tener ni la capacidad intelectual ni política para sacar del desconcierto a sus partidarios ni por supuesto manejar el entramado de intereses inconfesables de la nomenclatura del régimen. En estos primeros días de crisis, su combinación de amenazas y promesas de rectificación solo ha servido para consolidar la imagen de un hombre perdido en su laberinto.
El acomodado progresismo europeo tiende a sacarse de encima el problema venezolano con la simpleza de que Chávez ganaba eleccionesporque representaba al partido de los pobres. No solo esto ha dejado de ser verdad como demuestran los datos de las elecciones del domingo, sino que el régimen ha creado su propia casta de millonarios y convertido en antichavistas a todos aquellos que no quieren ser arrastrados a la pobreza, lo que es muy diferente. La política asistencialista del Gobierno, ejecutada con discreción política, no ha sacado a nadie realmente de pobre, pero ha ampliado el número de aquellos que se mueven con un pie fuera y otro dentro de la legalidad. Sus grandes beneficiarios han sido los malandros, a quienes ni se reprime ni castiga, porque en el fondo, piensa el Gobierno, son enemigos de la burguesía.
La “burguesía”, es decir, la gente corriente que se levanta temprano para ir a trabajar, sobrevive salvando los obstáculos que el chavismo ha ido sembrando en la vida cotidiana de los venezolanos. La ley de trabajo que obliga al empresario a indemnizar a un despedido con un año de salario ha servido para restringir la contratación de personal y para que el empleado no dé golpe. La ley de alquileres beneficia hasta tal punto al inquilino que ha reducido al mínimo el arriendo de viviendas. La política de relocalización de vecinos o de los indigentes abandonados a sus suerte desde las inundaciones de hace dos años en Caracas en barrios ricos para alterar el censo electoral de algunas zonas ha llevado al abandono de casas o incluso al envejecimiento artificial de las viviendas para que no sean una tentación para los delincuentes. Por no hablar de la escasez de alimentos y medicinas, los apagones, la inflación más alta de América Latina o las pandillas de chavistas motorizados que recorren las calles amedrentando al público disparando al aire (no siempre) o dando palizas.
Esta vez los que no quieren ser pobres, los que desean vivir en un país normal y no en un experimento supuestamente revolucionario, los que están convencidos de que el patriotismo es el último refugio de los canallas, han dicho ¡basta!

viernes, 5 de abril de 2013

Venezuela: la cultura bajo acoso

 
Milagros Socorro
Acaba de aparecer un libro fundamental. Se trata de “La cultura bajo acoso”, de María Elena Ramos (Artesano Editores, 2012), un tratado pormenorizado acerca de los procedimientos autoritarios del “régimen chavista” y la manera como ha impactado la cultura venezolana, no solo en el ámbito institucional sino también en el de las mentalidades.
Debido a que María Elena Ramos es crítica de arte y se desempeñó por tres décadas como directiva de museos nacionales, su mirada se emplaza en la crítica cultural, perspectiva desde la cual contempla todos los aspectos del país con excepcional penetración y discernimiento. “La cultura bajo acoso” es, desde el momento de su aparición, un texto indispensable para comprender qué ha pasado en Venezuela desde la llegada al poder de Chávez, quien, por cierto, es mencionado muy pocas veces, de manera que el desastre que el libro documenta no es atribuido a una sola persona cuya desaparición conllevará la suspensión de las responsabilidades, sino que estas están repartidas en un amplio entramado de complicidades y esparcidas por toda la sociedad.
El libro compendía textos escritos a lo largo de la etapa inventariada: desde finales de los años 90 hasta mediados del 2012, todos los cuales apuntan a consignar la creciente pérdida de autonomía de las instituciones culturales como correlato de la supresión de libertades en el país, con la connivencia de muchos sectores e individuos.
Ramos explica para qué sirven los museos y por qué son tan fundamentales en la vida contemporánea; entrega una cronología de la gestión del régimen en materia cultural, que ilustra su programa de destrucción; y dedica su gran talento, pasión y conocimientos a explicar cuál es la función de un curador. Pero su hazaña ha consistido en impregnar estos asuntos de una honda visión política y social, de manera que cuando habla de los salones de un museo está refiriéndose a los cimientos de un país; y cuando alude a colecciones, nos habla de valores nacionales y del patrimonio físico y mental que nos define como pueblo.
Hay una idea que cruza este libro, desde ya imprescindible para quien quiera pensar a Venezuela: Ramos advierte que “sin abandonar el campo personal de estudio”, todos estamos comprometidos a ver “los reales riesgos y peligros de este ahora social: el miedo, la insensible pero progresiva pérdida de autonomía profesional y de conciencia, la resignación, la aceptación de lo no aceptable o, peor aún, la tolerancia de lo intolerable, la censura y la autocensura, el autoacallamiento”. Ella no duda que vivimos “lo que la historia universal registra como constante en momentos autoritarios”.
La escritora, con prosa soberbia, da ejemplo de “necesidad de dejar testimonio”, y denuncia “el régimen de Hugo Chávez” como un “periodo de agresión a valores y desmontaje de instituciones que ya resulta demasiado largo”.
–Como comunicadores y trabajadores intelectuales –nos conmina Ramos- tenemos la obligación, profesional y ética, primero de darnos cuenta, lo que es exigido por nuestra inteligencia; y, segundo, de dar cuenta, lo que exige nuestra responsabilidad en la comunicación social. Y nos preguntaremos: ¿cuándo la palabra «verdad» se enuncia precisamente para encubrir una farsa?, ¿cuándo la palabra «libertad» es un camelo mientras su ejercicio real se va reduciendo?, ¿cuándo la palabra «transparencia», dicha por ciertos hablantes, anuncia más bien ocultamiento?, ¿cuándo las palabras «educación, alfabetización» deben leerse más bien como adoctrinamiento, ideologización?, ¿cuándo la palabra «inclusión» lo que realmente incorpora es una profunda exclusión? Pero para decir y dar cuenta hace falta sacudirse la pereza intelectual, que desemboca en pereza moral. […] Para ver la diferencia entre el sueño y la dramática realidad en proceso hace falta la vigilia: la del país, la de sus intelectuales, la de sus comunicadores. Una vigilia conceptual y ética que sepa nutrirse en las enseñanzas de la historia.
Sin mencionarlo en ningún momento, María Elena Ramos ha hecho una descarnada anatomía de la neutralidad como sinónimo de ceguera (no darse cuenta), mudez (no dar cuenta), oportunismo (cálculo y a ver qué saco de esto) y, en suma, lo contrario de lo que implica la cultura: libertad, heterogeneidad, espontaneidad. Belleza.
Estamos ante un libro esclarecedor, destinado a convertirse en clásico.


sábado, 27 de octubre de 2012

Maltrato de la Policía al periodismo

Fotos de la semana 102612
 La fotógrafa Ana María García, del periódico El Tiempo, fue sometida por un policía, cuando cubría un percance ocurrido a uno de los buses del sistema de transporte masivo en Bogotá, Colombia, el 23 de octubre de 2012. La reportera gráfica recibió cinco días de incapacidad clínica luego de que un policía la agredió cuando intentaba cumplir con su trabajo y tomar unas imágenes del accidente de dos buses de TransMilenio en la capital de Colombia.Handout/El Tiempo

sábado, 13 de octubre de 2012

"El mejor momento del periodismo es hoy"

Paul Lewis ganó el premio a mejor periodista británico del año por destapar el crimen de un hombre a manos de un policía. / Luis Ángel
Paul Lewis ganó el premio a mejor periodista británico del año por destapar el crimen de un hombre a manos de un policía. / Luis Ángel
El británico Paul Lewis, editor de proyectos especiales del diario inglés 'The Guardian', invitado especial a la Conferencia Latinoamericana de Periodismo de Investigación, que se celebra en Bogotá, asegura que la era dorada del periodismo es ahora, gracias a las nuevas tecnologías.

Con tan solo 30 años ya había conseguido el premio al mejor periodista británico del año, ¿cuál fue la receta?
No hay receta exacta, ese premio lo gané gracias a una investigación durante el G20. Un vendedor de periódicos murió y el reporte oficial señalaba que fue por un paro cardiaco. Después de investigar encontramos un video donde quedó evidenciado que este señor murió a manos de un policía. Lo significante de esa investigación es que se convirtió en periodismo ciudadano vía internet, y esa colaboración entre periodista y gente, completamente digital, fue muy importante.

Usted hablará en la Conferencia Latinoamericana de Periodismo de Investigación, auspiciada por ‘Semana’, acerca de Wikileaks ¿esto marcó un punto de inflexión en el periodismo?
Absolutamente. Además logró una cierta unión entre los grandes diarios del mundo y eso fue muy significante, dio datos increíbles que alborotaron el periodismo.

Muchos de sus cubrimientos han contado con un Blackberry como única herramienta, ¿podría decirse que representa a la nueva era del periodismo?
No quiero sonar pretencioso, o decir “soy un increíble reportero de la nueva generación”, pero en parte sí represento un poco eso, porque uso bastante las redes sociales para realizar investigación, y esto es una nueva forma de comunicar y una nueva dinámica, o modelo, de poder. Para mí, estar en una transformación tan grande es fundamental.

Usted ha hablado de “la edad de oro del periodismo”, ¿qué trae de innovador esta etapa?
Mucha gente creyó que eran los años 60, por lo menos en mi país y Estados Unidos con ‘Watergate’, pero creo que estamos entrando en una época muy especial, porque con la habilidad de la información en aumento, tú tienes la posibilidad de redactar y hacer periodismo donde quiera que estés. Ahora tú ves gente común haciendo lo que no se podía con el periodismo tradicional, gente en un café puede tomar su teléfono y grabar un hecho y éste se convierte público por Facebook, Twitter o cualquier otro medio. Grabar y crear alrededor del mundo y compartir esto es una posibilidad de tomar en cuenta a la gente, y eso tiene efectos interesantes.

Tres errores de la prensa moderna.
Copiar y pegar. No hacer las preguntas correctas, a veces pensamos que las mejores preguntas son las menos obvias. Y tercero, algo que debe enfrentar la prensa es un nuevo modelo de negocio en la web que la lleva a una situación económica complicada.

¿Cuál es la chispa de ‘The Guardian’?
Su filosofía. Es poco liberal, nunca acepta la versión oficial, tiene una inclinación de investigación y eso le da el toque.

Tres consejos para el periodista de mañana.
A los practicantes, que nunca digan que son principiantes, ni nada así, sólo sean periodistas desde el principio; cualquiera puede hacerlo. El segundo, que busquen tener todas las habilidades en multimedia posibles, y tercero, que vayan a los lugares que los otros periodistas ignoran.

¿Cómo cubrir el proceso de paz a punto de comenzar en Colombia?
Hay temas que para ciertas personas no son atractivos. Hacer especiales temas como estos a veces no depende de las notas, lo importante es escribir cosas que hagan que la gente entienda la importancia de momentos como este, escribir con mucha pureza, con mucha sensibilidad.

Un recuerdo de su época como practicante en ‘The Guardian’.
Recuerdo mi primera historia. Había un hombre que tenía un bote, había perdido a su esposa e hija y se había aventurado en un viaje solitario, ya que nunca había salido de su país. Cargaba una foto del Caribe, que era donde quería ir. No había ido muy lejos cuando se chocó y no pudo continuar. Pero esta historia terminó siendo feliz, porque gracias a mi nota un hombre donó dinero para reconstruir su bote. Ese hombre luego nos enviaba fotos de su aventura y fue muy reconfortante.

El mejor periodista del mundo.
No lo sé, creo que los mejores periodistas están sobre todo fuera de Europa y Estados Unidos. Los mejores son esos que están arriesgando su vida por esto.

¿Qué tanto daño le hizo la lucha contra el terrorismo a la libertad de expresión?
Bastante. Más que la guerra contra el terrorismo, la guerra en general. Hay un dicho que dice que la primera víctima de la guerra es la verdad, y eso resume todo.

Por: Daniela Franco García
Publicado por El Espectador, de Bogotá

sábado, 6 de octubre de 2012

¿Fin de la prensa escrita en E.U.?


El análisis de las más recientes estadísticas acerca de la prensa escrita en los Estados Unidos de América es muy revelador.

Las tiradas, el número de ejemplares editados por periódicos y revistas experimentan un descenso continuo que abarca ya con toda claridad un lustro, mientras que la facturación en anuncios comerciales y avisos de todo tipo ha bajado dramáticamente en los últimos meses.

Pero no sólo el manejo científico de los datos sobre las publicaciones ofrece información, pues casi a diario se publican noticias acerca del cierre de periódicos, las continuas declaraciones de bancarrota y la gravedad del estado financiero de las empresas que los editan , muchas de las cuales se encuentran al borde de la quiebra.

Un reciente análisis publicado por la BBC en su edición digital que está firmado por su corresponsal en Washington , Max Devenson, contiene un subtitulo muy revelador : “ Si la crisis económica continua por mucho tiempo más , ¿quedarán algunos periódicos en los EE.UU. para publicar las noticias sobre la misma?

El más reciente ejemplo del descalabro que afecta a los periódicos de Estados Unidos de América es el anuncio hecho el día 25 de febrero por los propietarios del veterano diario “San Francisco Chronicle” que fuera fundado en 1865 , cuando California vivía todavía bajo los efectos de la llamada “ fiebre del oro”.

Los ejecutivos del Chronicle dijeron que iban a despedir un gran número de empleados para poder enfrentar las metas trazadas para implementar una drástica reducción de costos , para seguidamente afirmar que en caso de no dar esta medida los resultados esperados, entonces tendrían que vender o cerrar el periódico en caso de no encontrar comprador.

Perdidas en 2008 por unos cincuenta millones de dólares impactaron las finanzas del Chronicle, y todo los datos que se han filtrado acerca de la facturación en lo que va de 2009 apuntan que este va a ser mucho peor, algo lógico si se tiene en cuenta que la crisis económica y financiera sigue en su fase de “caída libre”, sin haber tocado fondo todavía.

El número de ejemplares de circulación auditada en el período que concluyó a fines de septiembre de 2008 había bajado un siete por ciento con respecto a los mismos seis meses de 2007, y a esto hay que adicionar la caída en picada de los anuncios .

Otro periódico de larga trayectoria en la prensa norteamericana, el Rocky Mountain News, que se edita en Denver, Colorado, publica este viernes 27 de Febrero su última edición, lanzando a todos sus empleados hacia las oficinas que atienden a losdesempleados.

En el extremo noroeste de la nación, el Seattle Post-Intelligencer, va también camino del cierre, según dieron a conocer los ejecutivos de la Corporación Hearst, propietaria del mismo, así como del ya defenestrado Rocky Mountain News y el Tucson Citizende Arizona .

TRES IMPORTANTES CIUDADES CON UN SOLO DIARIO

Al desaparecer los periódicos Rocky Mountain News, el Seattle Post-Intelligencer y eventualmente el Tucson Citizen las ciudades de Denver, Seattle y Tucson se quedaran con un solo periódico diario, que eventualmente podrían caer también víctimas de la crisis.

En el caso de San Francisco , la ciudad se quedaría sin su único periódico por el cual el lector paga, pues el otro existente, el San Francisco Examiner, acude desde hace tiempo a una distribución gratuita de sus ejemplares financiada por los anunciantes, algo considerado como cuestionable por los expertos en medios masivos de comunicación.

LA RECESIÓN Y LOS GRANDES DE LA PRENSA NORTEAMERICANA

El caso más impactante es, sin duda alguna, el del New York Times , que agoniza para poder pagar el servicio, es decir , solo los intereses de una deuda que ronda en los 400 millones de dólares, mientras sus reservas en efectivo son tan bajas que el flujo de caja alcanza niveles alarmantemente bajos.

De hecho, a la empresa propietaria del New York Times no le ha quedado otro remedio que hipotecar la flamante nueva sede del diario inaugurada con bombos y platillos en 2007, medida que es considerada por los expertos como un paso desesperado a fin de contar con dinero fresco imprescindible para dar continuidad a sus operaciones y de hecho a supropia supervivencia.

Otros de los principales periódicos de EE.UU. que van a todas luces camino de desaparecer, al menos en sus ediciones en soporte de papel, incluyen al Chicago Tribune, Los Angeles Times y también el Baltimore Sun, todos ellos propiedad de la empresa “ The Tribune Company” que se acogió a la bancarrota, con el fin de, amparada por el llamado Capitulo 11, poder proceder a una restructuración empresarial bajo cuyo proceso cerrarían periódicos y en otros el numero de despidos se espera que sea muy significativo.

EDICIONES DIGITALES: POSIBLE VARIANTE PARA SOBREVIVIR

Las empresas propietarias de los grandes periódicos están buscando rentabilidad por medio de las ediciones digitales, teniendo en cuenta que las mismas llegan cada día a un mayor número de cibernavegantes, quienes hasta ahora o no pagan o pagan tarifas muy reducidas para tener acceso a las mismas.

Lo que buscan es atraer a los anunciantes más poderosos, bajo el canto de sirena que enfatiza el nivel de ingresos promedio más alto del lector digital, algo que es a todas luces debatible, y para lo cual hasta ahora no hay al menos una investigación seria que respalde esa afirmación.

Lo cierto es que un diario editado digitalmente bajo los más recientes criterios de la llamada “usabilidad en la Internet” resulta mucho más económico de producir y mantener que su homólogo impreso en el clásico “newsprint” o papel periódico, cuyo costo por tonelada se ha elevado a la estratosfera en los últimos tiempos.

Vendrá ahora un nuevo problema a complicar la vida de los historiadores, pues la preservación de los documentos que nacen digitalmente ha demostrado ser muchísimo más compleja de lo que se esperaba, y en eso los medios digitales no pueden competir con la durabilidad y permanencia de los periódicos impresos , incluso en los papeles de la peor calidad.

El impacto de la crisis en la calidad de los contenidos de aquellos periódicos de papel y/o digitales que logren sobrevivir al recortar los presupuestos, el fondo de salarios es uno de los primeros acápites en experimentar los efectos de la crisis, lo cual se traduce en pagos cada vez menores a los periodistas.

Se les pide que acepten salarios más bajos como una forma de apoyar a las empresas al borde de la quiebra, y esto tiene ya un efecto muy negativo en la calidad de los materiales periodísticos que se publican, pues muchos buscan otros empleos, o dedican tiempo a tareas colaterales que les permitan sobrevivir.
 
En las universidades se refleja también esta crisis de la prensa escrita en los Estados Unidos de América, pues las solicitudes de ingreso en las Facultades de Periodismo y Comunicación son cada vez menores.

Arnaldo Coro Antich
Cubaperiodistas.cu