miércoles, 26 de agosto de 2009

Dos ausencias en el periodismo

Lejos del agite y de la exposición mediática, dos periodistas de la que pudiera llamarse la vieja ola fallecieron durante la segunda semana de agosto de 2009. La intención de registrar aquí el doble acontecimiento luctuoso no es otra que la de honrar su memoria, como ejemplares dignos de exaltar por sus calidades como personas y como profesionales. Uno y otro encuadraban en aquello que los antepasados ya remotos solían denonimar "la gente decente".

Una de las dos ausencias corresponde al cronista y locutor deportivo Arith Rodríguez Lombana, fallecido el jueves 13 de agosto en Bogotá a los 69 años. Miembro de una generación prácticamente extinguida o en uso de buen retiro, Rodríguez, mejor conocido en su entorno familiar y social como Chirivico, fue uno de los pioneros de la radio en su proceso de modernización y evolución hacia los años 60 del ya siglo pasado.

Originario del Tolima, desde muy joven se instaló en Bogotá, donde laboró, entre otros frentes, en la Cadena Unión Radio, época y emisora de las cuales datan los inicios de otros veteranos del medio aún vigentes, como Hernán Peláez Restrepo (Caracol Radio) y Yamid Amat (CM&).

Miembro activo de la Asociación Colombiana de Cronistas Deportivos (ACORD), capítulo de Bogotá, Rodríguez Lombana fue reconocido entusiasta del deporte aficionado, en particular del fútbol, que impulsó hasta sus últimos días en la Cadena Todelar, en particular desde la Matinal Deportiva.

Su deceso sorprendió al medio periodístico deportivo, dados sus ponderados hábitos para el ejercicio físico, en el que algunas de sus especialidades favoritas eran el ciclismo y el fútbol mismo. Hincha del Deportes Tolima, que decía llevar en el corazón, era también seguidor del Santa Fe.

Su ausencia se suma a la de otros contertulios que entre 1975 y 1990 hicieron época en el palco del Círculo de Bogotá en el Estadio El Campín, como Ignacio Becerra Escobar, director del diario La República; Ricardo Esteban Sabogal (Agencia EFE y Caracol), Guillermo Fulleda Cárdenas (El Tiempo), Fabio Abella (Automóvil Club de Colombia) y Hernán Aristizábal López (Radio Súper).

Luis De Castro Rugeles

Uno de los periodistas judiciales más importantes y más reconocidos del país ya no escribirá más. El martes 11 de agosto a los 84 años, murió en Bogotá Luis de Castro Rugeles, quien por espacio de 40 años fue editor de las páginas judiciales de El Espectador y uno de los grandes exponentes de ese tipo de crónica.

De Castro llegó al periodismo con un debut poco común, pues al tener que cubrir el Bogotazo para El Liberal, el fotógrafo con el que estaba fue muerto de una bala perdida. A principios de los años 50 llegó a El Espectador y, entre otros, tuvo como colega de periodismo y bohemia a Gabriel García Márquez. Tras un paso por El Tiempo, regresó al diario de los Cano.

Estuvo al frente de la información el 6 y el 7 de noviembre de 1985, cuando la toma del M-19 al Palacio de Justicia. También hizo parte del equipo que a principios de los 80 destapó el escándalo del Grupo Grancolombiano. Ni De Castro ni sus jefes (los Cano) se arredraron ante el narcoterrorismo. Mucho menos cuando Pablo Escobar ordenó asesinar al director de El Espectador, Guillermo Cano, e hizo volar en pedazos las instalaciones del diario (1989).

En 1995 fue reconocido con el Premio a la Vida y Obra del Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB). En mayo de 1998, De Castro se retiró del periodismo activo y se fue a disfrutar su pensión a su casa del barrio Castilla. Desde ese momento no perdió oportunidad para narrarles a las nuevas generaciones sus anécdotas que, entre otras cosas, se contaban por miles. Hasta el último momento conservó su fino humor, su pasión por el fútbol y los toros, y su obsesión por el vestir impecable.

Revista Semana, edición 1424, agosto 17 a 24 de 2009.

jueves, 13 de agosto de 2009

Brutalidad chavista contra la prensa

Periodistas venezolanos reparten volantes a favor de la libertad de expresión hoy, 13 de agosto de 2009, en una céntrica avenida de Caracas. Doce de estos comunicadores resultaron heridos cuando fueron atacados por un grupo de presuntos afectos al Gobierno del presidente del país, Hugo Chávez. Fotos: Miguel Gutiérrez Gutiérrez/Cadena Capriles.

CARACAS, agosto 13 de 2009. (EFE). Doce periodistas venezolanos resultaron heridos hoy cuando repartían volantes a favor de la libertad de expresión en una céntrica avenida de Caracas y fueron atacados por un grupo de presuntos afectos al Gobierno de Hugo Chávez.

Marcos Ruiz, periodista del diario caraqueño Últimas Noticias, fue atacado por al menos cuatro sujetos, que le propinaron golpes con los puños y con palos, y fue trasladado de emergencia a un centro de salud, dijo a Efe su colega y testigo de los hechos Gledys Pastrana.

También resultaron con heridas en el cráneo Jesús Hurtado, periodista de diario El Mundo Economía, y su Gabriela Irribarren, redactora de Últimas Noticias, quien fue golpeada en la cara.
Los demás profesionales de la prensa, todos de diarios de la Cadena Capriles, resultaron con golpes en diversas partes del cuerpo, según lo relatado por Pastrana, quien también es periodista de ese grupo editorial.

La Cadena Capriles es una de las editoriales de prensa más importante del país, y publica los diarios caraqueños Últimas Noticias, El Mundo Economía y Negocios, y el diario deportivo Líder.

Pastrana explicó que los informadores fueron atacados por los presuntos oficialistas cuando repartían volantes a los conductores y transeúntes en la céntrica avenida Urdaneta de Caracas.

En las papeletas se señalaba un artículo del polémico proyecto de Ley Orgánica de Educación, actualmente en discusión parlamentaria para su aprobación, que penalizaría el ejercicio libre del periodismo, y se recogían consignas a favor de la libertad de expresión.

Los agresores llegaron al lugar gritando “revolución” y “esta calle es del pueblo”, y procedieron a golpear a los comunicadores, dijo Pastrana.

Fuimos a repartir volantes pacíficamente y fuimos salvajemente golpeados” por los presuntos oficialistas, que los acusaban de ser “defensores de la oligarquía”, añadió Ubaldo Arrieta, otro de los agredidos.

El presidente de la Cadena Capriles, Miguel Ángel Capriles, repudió el hecho de que, “en este caso” los periodistas de la empresa que él dirige “hayan sido agredidos de esta manera brutal”.

Este suceso “no es una demostración de respeto a los derechos humanos”, añadió Capriles en declaración a los medios locales.

Venezuela ha sido demandada en varias ocasiones por casos de ataques contra periodistas ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que ha ordenado sanciones al Estado y medidas de protección contra los afectados.

lunes, 3 de agosto de 2009

Silenciadas 34 emisoras en Venezuela

La amenaza de censura pende sobre otras 250 estaciones de radio y televisión

CARACAS, agosto 2 de 2009. "Es grato dirigirme a ustedes para notificarles que estarán fuera del aire", decía la nota enviada por la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) a cada una de las 34 emisoras de radio que, por orden del Gobierno del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, fueron cerradas entre la noche del viernes y la madrugada de ayer, sábado.

Unas horas antes de recibir esta notificación, el presidente de Conatel y también ministro de Obras Públicas, Diosdado Cabello, había anunciado oficialmente el cierre inmediato de las estaciones, con el argumento de que no habrían renovado sus permisos de transmisión o habrían perdido sus concesiones por el fallecimiento de sus propietarios originales.

"Estas son las primeras 34 emisoras", dijo Cabello. "Cuando tomamos la decisión en el Gobierno nacional y revolucionario de democratizar el espectro radioeléctrico, de acabar con el latifundio mediático, lo estábamos diciendo en serio, no estábamos jugando".

Otras 250 emisoras -40 televisiones regionales y 210 estaciones de radio que han sido amenazadas por el Gobierno con el cierre por "tratar de lavarle el cerebro al pueblo venezolano"- serán las siguientes en la lista de concesiones y propiedades que en los próximos días podrían pasar también manos del Estado.

"Recibimos la instrucción del comandante [Chávez] de acabar con el latifundio radioeléctrico, el latifundio mediático, y lo vamos a hacer. (...) Si la oligarquía no cede en sus privilegios por las buenas, el pueblo la va a obligar por las malas. Y en este caso, en Venezuela el pueblo es el Gobierno", había dicho ya Cabello ante el Parlamento el 9 de julio.

En Venezuela, la radio llega a donde no lo hace la televisión. Suena en el campo, en las fábricas o en el autobús y es, sobre todo, el pueblo humilde el que la escucha. Según datos oficiales, de las 472 estaciones que operan en el país, 79 son propiedad del Estado y 243 son comunitarias. Entre estas, el 59% de transmiten en frecuencia modulada y el 51% restante, en onda media y forman parte de alguna cadena de radio. La más grande de todas pertenece al Estado: Radio Nacional de Venezuela, que agrupa a 73 emisoras.

Pero para la revolución chavista no parece ser suficiente, y sus dirigentes consideran que hace falta poner más emisoras en manos del pueblo. Para otorgarles más concesiones a las organizaciones comunitarias financiadas por el Ejecutivo hace falta quitárselas a los "privilegiados" que "desde los circuitos [cadenas] han intentado destrozar a la Revolución Bolivariana".

A las 7.30 de ayer sábado (dos de la tarde, hora peninsular española, Víctor Neda apagó para siempre los transmisores de la emisora CNB de Caracas, en la que trabajó como operador de cabina durante los últimos 19 años. El presidente del Colegio Nacional de Periodistas de Venezuela, William Echeverría, era el locutor de guardia dentro del estudio: "El policía del pensamiento, Hugo Chávez Frías, es el principal responsable de lo que ha pasado hoy", alcanzó a decir al aire antes de despedir las transmisiones con el himno nacional.

La cadena CNB agrupa a 10 emisoras de las cuales cinco fueron sacadas ayer del aire, y a través de su señal solía transmitirse, al mismo tiempo que el canal de noticias Globovisión, el programa de opinión Aló, Ciudadano, frontalmente crítico con la gestión gubernamental.

Vecinos, periodistas y dirigentes políticos de la oposición se agruparon ayer por la mañana en los alrededores de las emisoras cerradas en Caracas para protestar contra la medida.

Entre las estaciones de radio que aún siguen abiertas, ninguna se atrevió a transmitir en vivo los llamamientos de los vecinos para salir a manifestarse en las calles. Y las cadenas estatales, mientras tanto, transmitían dibujos animados, como lo hacían las emisoras hondureñas el día del golpe, o imágenes de archivo de la reciente visita a Caracas del ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos.

El País, Madrid, agosto 2 de 2009