lunes, 6 de diciembre de 2010

"Gracias por las filtraciones, WikiLeaks": Samper

Al momento de ser publicada esta entrada, diversas y hasta encontradas son las reacciones del mundo frente a los escándalos políticos desatados por las denuncias del portal WikiLeaks. El siguiente es el punto de vista del periodista colombiano Daniel Samper Pizano al respecto, de acuerdo con la publicación hecha por El Tiempo en su sección editorial el sábado 4 de diciembre de 2010 bajo el título Gracias por las filtraciones, WikiLeaks:

El caso de un camarógrafo muerto desnuda abusos de EE. UU. y la hipocresía de muchos gobernantes. Es explicable que Washington considere más grave revelar los documentos secretos de la guerra contra Irak que la propia guerra ilegal. Y es porque las publicaciones de WikiLeaks destapan la hipocresía de los gobiernos y ofrecen estremecedora imagen del músculo imperial. Un caso elocuente es el de José Couso, camarógrafo español muerto en Bagdad el 8 de abril del 2003. Couso se alojaba con docenas de periodistas en el Hotel Palestina, cuando un tanque del Ejército estadounidense disparó contra el piso 15 y dio muerte a Couso y a un reportero urcraniano. La familia del periodista de Tele5 demandó el caso ante los tribunales españoles, que, basados en leyes internacionales, identificaron y acusaron por el crimen de guerra a tres militares gringos. Desde entonces, el proceso sufre inexplicables retrasos. En julio lo reactivó por fin el Tribunal Supremo y se pidió a Interpol la captura de los acusados. Interpol no ha movido un dedo.

WikiLeaks destapa ahora el pastel que intenta garantizar la impunidad de los autores del atroz ataque. Los documentos revelan la prepotencia y la doble moral del Departamento de Estado, muestran cómo mienten los gobernantes y desnuda a los funcionarios que se doblegan ante las presiones de países más fuertes. Una estela de mensajes cuenta de qué modo ciertas autoridades españolas -el Fiscal General, el jefe de la Audiencia Nacional y algunos ministros- se dedicaron, presionados, a estorbar en secreto el desarrollo del proceso, mientras en público hacían declaraciones altisonantes en memoria del periodista muerto y anunciaban que se haría justicia.

Es casi imposible hacer justicia en estos casos. El embajador de EE. UU. señaló a sus jefes el 21-10-2005 que "los ministros españoles están trabajando para que no prosperen las órdenes de detención" y aseguró que el titular de Justicia "pondrá todo su empeño en cuestionar la decisión del juez". El Fiscal llega al extremo de aconsejar a la embajada algunos trucos para estorbar el proceso, y el embajador de Bush, un banquero cubano-norteamericano, osó enviar un arrogante mensaje al gobierno español: "Se me está acabando la paciencia".

Cuando el ciudadano se entera de lo que ocurría entre telones en el caso Couso admira el coraje del órgano judicial español, que siguió adelante a pesar de la injerencia de Washington y de los funcionarios locales que, de manera vergonzosa, doblaron la rodilla ante el embajador impaciente. Aprende uno, entonces, aplicadas a un episodio concreto, varias lecciones fundamentales. Primera: que el supuesto respeto por las instituciones españolas que el embajador declaraba en público contradecía cínicamente sus maquinaciones secretas. Segunda: que la cacareada independencia del Gobierno era mera demagogia, pues en privado ayudaba a los intereses del Ejército gringo (esta actitud se demostró también respecto a los vuelos en territorio español de aviones norteamericanos con prisioneros ilegales). Tercera: que solo una judicatura independiente es garantía frente a las presiones políticas (Colombia lo ha experimentado en los últimos años). Y cuarta, que los verdaderos dueños de los secretos que divulga la prensa no son ni los gobiernos ni los periodistas, sino los ciudadanos. A ellos deben rendir cuentas desde el Presidente hasta el portero de la embajada.

Si estas cosas suceden en España, país tradicionalmente arisco frente a Estados Unidos, y cuyo presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, se negó a rendir honores al pabellón estadounidense, ¿se imaginan cómo abusarán, presionarán e intervendrán en el virreinato de Colombia los delegados gringos?

Atentados ecológicos

Se cocinan dos graves atentados contra el medio ambiente. En Santander, la firma canadiense Greystar promueve un irracional proyecto minero en el páramo de Santurbán que contaminaría las fuentes de agua de más de 2 millones de personas. Y en el Huila, la española Emgesa amenaza la región de El Quimbo con una absurda ampliación de beneficios que le concedió el Gobierno Nacional.

Afortunadamente, la ciudadanía reaccionó y está defendiendo sus derechos.

domingo, 28 de noviembre de 2010

El periodista que hace temblar al Pentágono

El Pentágono ha desplegado un equipo de 120 personas para frenar sus filtraciones. Suecia, el país al que acudió a refugiarse, le ha negado el permiso de residencia. El hombre que destapa los documentos silenciados, el enemigo de las verdades oficiales, volvió a asestar ayer sábado 27 de noviembre un nuevo golpe al revelar nuevos documentos secretos que comprometen la política exterior de los Estados Unidos. Se llama Julian Assange. Tiene 39 años. Concedió recientemente a El País de Madrid una cita secreta en Londres. http://www.elpais.com/articulo/reportajes/Cita/secreta/hombre/hace/temblar/Pentagono/elpepusocdmg/20101024elpdmgrep_1/Tes
Julian Assange vive en un universo de secretos. Secretos eran los 400.000 documentos sobre la guerra de Irak que liberó ayer. Secretos son los 30 envíos que cada día recibe el portal que dirige, inagotable fuente de denuncia a escala planetaria. Secretas procuran ser sus comunicaciones, sus entradas y salidas. Su organización también vive envuelta en el más absoluto de los secretos.

Secreta por tanto tenía que ser la cita con el hombre que se ha convertido en serio enemigo del todopoderoso Pentágono. El hombre que fundó en diciembre de 2006 un sitio web también es la pesadilla de grandes bancos, multinacionales y gobiernos. Ciento veinte personas, pertenecientes al llamado gabinete de crisis Wikileaks, trabajan en los alrededores del Pentágono para contrarrestar los efectos de las filtraciones del combativo portal.

Pregunta: Leí un titular que ponía en su boca la frase: "Soy un periodista activista". ¿Lo es?
Respuesta:
Yo soy un editor. Y como editor, también dirijo, y soy portavoz de mi, nuestra, publicación. He estado involucrado en periodismo desde que tenía 25 años, cuando cofirmé el libro Underground, y actualmente, dado el estado de impotencia del periodismo, me parecería ofensivo que me llamaran periodista.
P. ¿Por qué?
R.
Por los abusos del periodismo.
P. ¿A qué abusos se refiere?
R
. El mayor abuso es la guerra contada por los periodistas. Periodistas que participan en la creación de guerras a través de su falta de cuestionamiento, su falta de integridad y su cobarde peloteo a las fuentes gubernamentales.

Assange y los suyos publicaron ayer la que es considerada la mayor filtración de documentos secretos en la historia del Ejército de EEUU, los papeles de Irak. En abril liberaron los papeles de Afganistán, 77.000 documentos desclasificados que destapaban la muerte de cerca de 20.000 afganos. Denunciaron ejecuciones extrajudiciales en Kenia y se llevaron por ello un premio de Amnistía Internacional. También pusieron en jaque al mayor banco islandés, The New Kaupthing, destapando un documento oficial que evidenciaba la irresponsable gestión de sus administradores, que meses después sufrieron penas de cárcel. Y sacaron a la luz manuales secretos de la Iglesia de la cienciología.

Secretos. También está llena de secretos la investigación de la que está siendo objeto Assange. Dos chicas le denunciaron en una misma semana de finales de agosto por acoso sexual en Suecia. El lunes se conocía que el país escandinavo, al que había acudido a protegerse dado su régimen garantista para la prensa, le ha denegado el permiso de residencia. Assange nos dice que está pensando instalarse en algún sitio de Sudamérica.

Cita amarrada, hora concreta, lugar secreto. El lunes, en Londres, a las 12.00. Así de escueta es la información del mensaje que nos entra en el móvil y que anuncia que por fin podremos hablar con el hombre que ha estado y está en el ojo del huracán informativo.

El verano de Assange ha sido fino. Esta entrevista fue solicitada por primera vez el 19 de julio pasado. El propio Assange respondía tres días más tarde, el 22, emoticono incluido: "Sorry. no time for a few weeks" (lo siento, sin tiempo por unas cuantas semanas); emoticono de pena.

La noche previa al encuentro recibimos un mensaje con la dirección de un restaurante al norte de Londres. Allí nos recibe a las 12.00 en punto la persona que le lleva las relaciones con la prensa. Nos conduce a un callejón y nos sube a unas oficinas. Un retrato de Nelson Mandela preside esta sala con largas mesas rectangulares de trabajo y paredes en tonos verde claro.

Julian Assange no está. No ha llegado. Se le espera. Preguntamos si hay algún otro miembro de la organización con el que podamos hablar. Al poco, por la puerta entra un hombre alto y fornido, chaqueta y pantalón negros, jersey gris de cuello alto, ojos azules, pelo canoso. Es Kristinn Hrafnson, periodista islandés que trabajó durante 20 años en la televisión estatal y que se ha enrolado en el pelotón de Assange: "Tenía ganas de trabajar en historias que crean grandes olas en el mundo", explica. Hrafnson participó durante cinco meses en la elaboración de Collateral Murder -Asesinato colateral-, el vídeo que dio la vuelta al mundo y que generó 3.000 titulares de prensa en 48 horas. Fue visto por más de cuatro millones de internautas en las 72 horas posteriores a su publicación en YouTube.

Seguramente recuerden ustedes las escalofriantes imágenes. Dieron la vuelta al mundo a principios de abril. Un helicóptero Apache del Ejército de Estados Unidos sobrevuela un suburbio de Bagdad. Se ve a varias personas andando por la calle, una de ellas, fotógrafo de Reuters, lleva una cámara al hombro. Los militares piensan que es un arma de fuego. Desde el Apache se dispara a todos los que por allí pasan en ese momento. La secuencia es espeluznante. "Keep shooting -sigue disparando-". Ráfaga. "Keep shooting". Ráfaga. "Keep shooting".

Personas que caen fulminadas al suelo. Otras que huyen de los disparos. Dos hombres que intentan auxiliar al fotógrafo herido. El Apache dispara contra ellos. Y contra la furgoneta, en cuyo interior hay dos niños.

Balance: doce personas fulminadas. La frialdad de la guerra expuesta. Las risas del soldado que acaba de disparar. La grosera conversación entre los soldados. El insulto a los que yacen muertos. "Bastards". Y en el suelo, las víctimas del tiro al bulto, eso que en estos tiempos modernos se ha dado en llamar "daños colaterales".

Llega Assange. El pelo aplastado y pegado a la cabeza; el casco de la moto bajo el brazo. Entra en la sala y Hrafnson le comenta algo. Se disculpan y se retiran a una sala contigua, asuntos urgentes, asuntos secretos. "Disculpe, esto siempre es así", dice cariacontecido el solícito hombre de prensa.

Assange se sienta por fin frente a la grabadora. Es un hombre muy alto, fuerte, magnético. Su antaño pelo largo totalmente blanco, que este verano dio paso al pelo corto castaño claro, es ahora una mezcla de esas dos fases. A sus 39 años, desprende un carisma indiscutible. Dos personas que han trabajado con él y que no quieren identificarse le describen como un hombre extremadamente inteligente. ¿Más calificativos?: Valiente; trabajador; divertido. El último héroe del periodismo combativo elige sentarse en la mesa que le permite tener el retrato de Mandela detrás de él: "Es importante tener bien guardadas las espaldas", bromea.

P. Su actividad en Wikileaks le está granjeando una creciente colección de enemigos. ¿Cuál es en estos momentos su peor enemigo?
R.
En términos de recursos dedicados a seguir nuestros pasos, el Ejército de Estados Unidos. Dicho lo cual, tenemos buenos amigos allí, hay gente buena. Y también mala. Hay un equipo, supuestamente, de 120 personas en el llamado Wikileaks warroom -equipo de crisis/de combate- dedicado 24 horas al día a ocuparse de nosotros. Están dirigidos por un señor nombrado por Gates -secretario de Defensa norteamericano-. Son, predominantemente, miembros de la agencia de inteligencia militar y del FBI.
P. ¿Qué otros enemigos tiene?
R
. Bancos. La mayor parte de los ataques legales que hemos recibido son de bancos. También los ha habido procedentes de China poco después de liberar material crítico sobre determinadas actividades del Gobierno. También hemos recibido ataques de cultos, de sectas abusivas, como la Iglesia de la cienciología, los mormones...
P. Esos enemigos que tiene ¿hacen que tema usted por su vida?
R.
Alguna gente, como Daniel Ellsberg -el hombre que desveló en 1971 los papeles del Pentágono sobre la guerra de Vietnam-, ha sostenido que mi vida está en peligro.
P. ¿Y usted qué cree?
R.
Creo que hay un pequeño, pero no insignificante riesgo, sí. Lo que hay es un peligro significativo de procesamiento y de detención. Están intentando crear un caso de espionaje contra mí y otros miembros de la organización, y contra gente que ha tenido relación con nosotros en Estados Unidos.

El analista de inteligencia del Ejército de Estados Unidos Bradley Manning fue detenido por la filtración del vídeo de la matanza de Bagdad. "El FBI ha visitado a gente en Boston y otras ciudades americanas conectadas con Bradley Manning o nosotros", explica Assange. "Según mis fuentes, el fiscal general del Estado australiano aprobó permisos para interceptar las comunicaciones de nuestra gente en Australia. El Gobierno de Suecia ha sido presionado a nivel de inteligencia por Estados Unidos, según dicen mis fuentes en inteligencia. El Gobierno de Islandia también ha sido presionado por Estados Unidos, según mis fuentes en Islandia y en el Senado norteamericano; y al embajador de Islandia llegaron a preguntarle si ya se habían dado pasos para asegurarse de que Islandia no se convierta en un refugio para Julian Assange".

Assange habla de él en tercera persona. Es un hombre que mide las palabras como nadie. No dice nada sin habérselo pensado cuatro veces. Habla despacio, con continuas pausas que invitan al entrevistador a colar una pregunta que él nunca responde porque sigue con su largamente articulada respuesta. Assange, no habla: dicta. Le gusta tener el control.

El adalid del periodismo combativo continúa relatando la persecución de la que ha sido objeto la organización que, con pulso firme, dirige. Un miembro de Wikileaks sufrió una emboscada en un parking de Luxemburgo en 2008. Dos abogados defensores de los derechos humanos que trabajaron con Wikileaks en Kenia fueron asesinados en marzo de 2009.

Y desde el Pentágono no se andan con chiquitas. El pasado 3 de agosto, el portavoz de Defensa estadounidense, Geoff Morrell, comparecía brevemente ante los medios. Solicitaba a Wikileaks que devolviera los documentos filtrados. "Si hacer lo correcto no es suficiente para ellos, entonces miraremos qué alternativas tenemos para obligarles a hacer lo correcto", anunció Morell.

"Fue extremadamente desagradable", dice Assange, "una manera extremadamente extraña de pronunciarse. Hemos llegado a la conclusión de que esa rueda de prensa fue diseñada para preparar posteriores ataques legales".

Assange sabe cultivar los silencios. Habla mirando al horizonte, sus ojos se mueven de izquierda a derecha y de derecha a izquierda mientras busca la palabra precisa. Su voz grave, levemente quebrada, y su querencia por el susurro, más propio de la confidencia que de la entrevista, confiere aún mayor intensidad a sus palabras. Habla tan bajo que conduce al interlocutor a un compromiso de escucha insoslayable. O aguzas el oído, o no te enteras.

Cuenta que la organización ha recibido cien "ataques legales". Dos de cada cinco demandas/querellas acabaron en juicio. Asegura que salieron victoriosos en todos los casos. También destaca los ataques que le han dirigido los medios de comunicación. Se queja de que los medios replican las mentiras que otros deslizan y se retroalimentan ad infinítum manchando su biografía. "Ha habido 15 ataques contra nosotros completamente fabricados de arriba abajo", asevera, "vendidos como filtraciones de gente de dentro de la organización. Se ha llegado a decir que llevo una vida de lujo en Sudáfrica. Nunca he estado en Sudáfrica".

P. ¿Piensa usted que las acusaciones que contra usted pesan en Suecia por acoso sexual están conectadas con todo esto?
R.
No lo sabemos. Prefiero hablar de esto en otro momento, no puedo hablar en mi nombre y en nombre de la organización al mismo tiempo.
Assange es un hombre acosado. Tiene que protegerse. El pasado 27 de septiembre su equipaje fue requisado cuando abandonaba Estocolmo. La hipótesis de que alguien esté intentando vigilar sus pasos o interferir en sus comunicaciones no resulta descabellada. Todas las comunicaciones que realiza por teléfono o mail están encriptadas, es un excelente criptógrafo, tiene un pasado de hacker. Los protocolos de seguridad que debe seguir son estrictos. En algunos lugares, confiesa, debe moverse con guardaespaldas.

Nunca se sabe dónde está, dónde dormirá esta noche, o en qué anda. Su vida nada en los secretos. Se mueve rápido y procura no dejar rastro.

La existencia un tanto nómada no es algo que le resulte ajeno. "Nuestra familia producía teatro profesional y televisión y como resultado, íbamos de gira por el país muy a menudo", recuerda. Assange nació en 1971 en Townsville, ciudad de la costa noroeste australiana. Cuando tenía ocho años, sus padres se separaron. La madre inició una relación con un músico con el que tuvo otro hijo. "Durante una parte de mi adolescencia tuve que lidiar con este hombre del que se sospechaba estaba conectado con el culto de Anne Hamilton-Byrne", cuenta. Una secta en la que algunos miembros convencían a las madres para que ofrecieran a sus hijos recién nacidos a la líder del movimiento. Niños que se convertían en hijos adoptivos de la suma sacerdotisa, que ordenaba teñirles a todos el pelo de rubio y a los que se suministraban todo tipo de drogas, incluidas ceremonias de iniciación al LSD cuando apenas eran adolescentes.

Llegó un momento en que no quedó otra salida que huir. Huir de las garras de aquel hombre. Assange, su hermanastro y su madre estuvieron tres meses cambiando constantemente de domicilio. Vivir a la fuga.

Secretos y fugas. Dos conceptos que gobiernan la vida de Julian Assange. Leaks significa fuga. Y también fuga de información, filtración.

Por aquellos años difíciles nació su fascinación por los ordenadores. Su pericia, sus dotes como programador, le convirtieron en un notable hacker. Su nombre de guerra: Mendax. Allí comenzó su lucha: la información está para ser compartida.

Como hacker, llegó a penetrar en los sistemas de la compañía telefónica canadiense Nortel, motivo por el cual llegó a ser encausado. El juez acabó sentenciando que detrás de su intentona se escondía el simple placer de ser capaz de penetrar en sistemas ajenos. Tuvo que pagar una pequeña multa. "Yo fui un activista", asume. "La investigación de la que fui objeto se acabó cuando yo tenía 20 años; aunque el proceso durara seis años más, hasta 1997. Ahora hay muchos intentos de llamarme hacker, basados en mis actividades como hacker de hace veinte años, para devaluar mi trabajo como periodista. Con ello se pretende además despojarme de las protecciones legales de cualquier periodista; van contra mí personalmente, y contra esta organización. No obstante, es cierto que he sido un activista de la información libre durante mucho tiempo. Esos intereses de adolescente, aunque relativamente poco sofisticados, reflejan la consistencia de mi carácter".

La información libre. Los secretos destapados. La transparencia. Toda la información secreta debe estar a disposición del ciudadano. Varios medios, entre ellos, The New Yorker, le han acusado de venerar la transparencia en todas partes menos en el seno de su organización.

El presupuesto actual de Wikileaks es de un millón de dólares anuales (en torno a 712.000 euros). Desde enero, cuentan con un sistema de donaciones anónimas de modo que no están influidos por los intereses de quienes donan, explica Assange. Durante los cuatro primeros años, el portal se nutrió de las aportaciones de Assange y algunos más. El número total de donantes actual es de 10.000 personas. Ninguna donación sobrepasa los 20.000 euros.

Assange asegura durante la entrevista que ya son 12 personas fijas y que pronto serán 20. El número de colaboradores asciende a 800. Seguidores en Twitter: 150.000.

El portal de Wikileaks se reabrió el viernes tras una larga temporada cerrado. En la página alegaban motivos de mantenimiento para justificar el cierre. Assange explica que se debió a la gran reorganización en la que están inmersos. Un periodista que ha trabajado estrechamente con él sostiene que el portal ha estado cerrado por la rebelión interna que ha sufrido la organización en los últimos meses. Manifiesta que los métodos autoritarios de Assange han disuadido a varios integrantes del equipo. Que algunos de los técnicos han llegado a boicotear internamente la Red para evitar que Assange lo controle todo. Hrafnson, el portavoz islandés, niega cualquier atisbo de rebelión interna.

Otro periodista de una cabecera internacional, que también prefiere ocultar su identidad, dice que, efectivamente, Assange es un tanto autoritario. Pero sostiene que en una organización como Wikileaks, sometida a tanta presión, es normal que haya debate y tensión. Y es lógico, por tanto, que haya un momento en que alguien tenga que tomar una decisión que no guste a todo el mundo. "Hay unos que son más partidarios de la acción que otros", describe.

P. Daniel Domscheit-Berg, su ex portavoz en Alemania, que ha abandonado la organización, dijo a Der Spiegel que usted actuó con él como fiscal, juez y verdugo. Sostiene que usted no tolera las críticas.
R
. Daniel Domscheit-Berg fue suspendido de esta organización por un número de razones serias. Como muchas personas que son suspendidas, elige criticar las decisiones del que les emplea. Creemos que la confianza, la confidencia y actuar con integridad son componentes esenciales de nuestro trabajo. Por ese motivo decidí no criticar a Domscheit-Berg, a pesar de que sus declaraciones no nos han ayudado nada en estos momentos de dificultades.

Daniel Domscheit-Berg coge el teléfono en Berlín. Al oír lo que Assange ha dicho sobre su salida a este periódico, se revuelve, indignado. "En primer lugar, yo no soy su empleado. En esta organización no se paga a nadie. En mi caso, además, yo puse dinero en el proyecto", exclama, notablemente irritado.

El ex portavoz se declara estupefacto por su despido, que se produjo en septiembre. Asegura que al menos cinco personas han abandonado Wikileaks por estar en desacuerdo con los modos de Assange. "La gente no quiere que un dictador esté al frente de una organización tan poderosa, que maneje una información tan sensible. Julian se está comportando como un dictador y yo no trabajo para dictadores, yo lucho contra los dictadores".

El activista alemán, de 32 años, afirma que sus palabras no son fruto de una "vendetta personal". Y señala que Wikileaks ha ido perdiendo algunas de sus señas de identidad. "Yo no sé si el Pentágono estará o no en estos momentos detrás de Julian. Pero el hecho de que pueda estarlo demuestra que se ha cometido el mayor de los errores: Wikileaks nació como una organización en la que estaba involucrada mucha gente de modo que nunca pudieran ir a por una sola persona. La gente debería ser intercambiable, lo importante es el proyecto, es un movimiento. ¿Qué es Wikileaks ahora, una organización o el show de Julian Assange?".

El controvertido fundador de Wikileaks no deja indiferente a nadie. Fascina a unos, irrita a otros. Para unos es el último héroe del periodismo, un hombre que desafía la lógica de un mundo cínico en busca de la máxima transparencia. Para otros, un idealista naif que cree que todo se puede contar, cuando hay cosas que el sentido común indica es mejor no publicar. Por ejemplo, aquellas que pongan en peligro la vida de las personas. De eso le acusan desde varios frentes. De haber revelado la identidad de informantes afganos que ahora son blanco fácil para los talibanes.

P. Su decisión de publicar los nombres de informantes afganos al hacer públicos los papeles de Afganistán levantó polvareda. Bill Keller, director de The New York Times, dijo: "Su decisión de hacer públicos los datos tuvieron consecuencias potenciales que, creo, cualquiera, sea cual sea su visión de la guerra, encontraría lamentables". ¿Considera que cometió algún error, que puso en peligro alguna vida?
R.
Al publicar 76.000 de 90.000 documentos clasificados, hay muchas cosas de las que hablar. Esos documentos revelaron la hora, fecha, lugar y circunstancias de la muerte de cerca de 20.000 personas. Y punto. En los dos meses desde que el material fue publicado, hasta donde se puede determinar hoy, ningún civil afgano ha sido dañado por la publicación de los papeles. Eso no quita para que estos sean temas muy serios e interesantes, y por ese motivo retiramos uno de cada cinco documentos. El hecho de que Bill Keller tenga necesidad de dedicar su tiempo a hablar de este tema, que no está asociado a la muerte de nadie, comparado con los temas que han llevado a la muerte de cerca de 20.000 personas, y la muerte de cientos en los últimos dos meses, es un reflejo de la dificultad que tiene The New York Times para criticar al Ejército en Estados Unidos.
P. Alan Rusbridger, director de The Guardian, nos decía hace unos días con ironía que los medios tradicionales han abandonado el periodismo de investigación porque es caro y no muy sexy. ¿Está de acuerdo?
R
. Sí, lo han abandonado casi por completo, es cierto. El peaje que pagas es caro: te crea enemigos, genera gastos en prevenir ataques judiciales, y se producen ofensivas contra los intereses de los editores. Yo creo que los lectores sí demandan periodismo de investigación, pero el coste por palabra en relación con otras formas de periodismo es alto, especialmente, el periodismo subvencionado por intereses especiales.
P. ¿Pero cree que la mayor parte de los grandes medios de comunicación occidentales están subvencionados por intereses especiales?
R.
Eso no es exactamente lo que yo quería decir. Ese también es un factor. Yo me refería a los miles de millones de dólares que el Ejército de EE UU gasta al año en su comunicación de asuntos oficiales para producir contenido tutelado como vídeos, fotos y notas de prensa que al final son historias gratis para que los periodistas les pongan la firma. Y similares contenidos tutelados producidos por empresas y Gobiernos. En ese sentido, los periódicos y las televisiones se convierten en seleccionadores de contenidos tutelados.
P. ¿Cree usted que esto va a cambiar? ¿Cree que la revolución digital e iniciativas como Wikileaks traerán periodismo independiente?
R.
Podemos ir en las dos direcciones. Puede que lleguemos a un sistema en que haya una mayor fiscalización y acuerdos internacionales para suprimir la libertad de prensa o puede que vayamos a un nuevo estándar en que la gente espere y demande material que exponga más a los poderes; y un entorno comercial en que este tipo de exposición sea rentable; y un entorno legal en que esto esté protegido.
P. ¿Es usted optimista al respecto?
R.
Estamos en el cruce de caminos entre esos dos futuros. Por eso es tan importante y tan interesante estar involucrado en esto. Con nuestras acciones de ahora determinamos el destino del entorno mediático internacional de los próximos años.

Assange se muestra como un entrevistado rebelde. Resulta muy difícil conseguir colar una pregunta en medio de sus pausados discursos. Eso sí, muchas de las cosas que dice son sustanciosas. Si no, véase su reflexión sobre lo que le ha supuesto su experiencia en Wikileaks:

"Cada persona tiene una trayectoria única en la vida, pero, en los últimos tres años y medio, yo he tenido una experiencia realmente única. He leído más documentos filtrados, posiblemente, que ninguna otra persona en la tierra. De muy distintos temas. Igual hay gente que ha leído muchos, pero tal vez no de tantas y tan distintas organizaciones a lo largo de mundo. He obtenido más filtraciones internas que ninguna otra persona y he dirigido una organización que ha recibido muchos ataques de organizaciones poderosas, de secretos y neuróticos cultos. Antes de estar metido en esto, creí que sabía bastante de cómo funciona el mundo, he hecho cosas significativas e importantes antes que esto. Pero nada me preparó para la realidad con la que me he encontrado. Mi perspectiva ha cambiado mucho".

P. ¿Y qué ha visto?
R.
No sé si es posible comunicar lo que he aprendido. Hay dos cosas que me vienen a la mente. La primera, la muerte a escala mundial de la sociedad civil. Rápidos flujos financieros, por transferencias electrónicas de fondos que se mueven más rápido que la sanción política o moral, destrozando la sociedad civil a lo ancho del mundo. El poder económico permite a oportunistas en cualquier sociedad conectada al sistema financiero global extraer riqueza robada con un comportamiento inmoral para llevarla a destinos lejanos o a oscuros y opacos vehículos financieros difíciles de atrapar. En este sentido, la sociedad civil está muerta, ya no existe, y hay una amplia clase de gente que lo sabe y está aprovechando que saben que está muerta para acumular riqueza y poder.
P. ¿Cómo...?
R.
Y la segunda cosa que he visto, que opera en combinación y en oposición a esta, es que hay un enorme y creciente Estado de seguridad oculto que se está extendiendo por el mundo, principalmente basado en Estados Unidos. Cualquier Estado, si quiere sobrevivir, tiene que inscribirse con uno de los tres proveedores de inteligencia y sistemas armados. Los proveedores son el Imperio occidental, Rusia, antiguo Imperio soviético, y China, que aún no es un imperio, pero empieza a moverse en esa dirección. El Estado de seguridad oculto que se está extendiendo por el Imperio occidental tiene su centro de gravedad en Estados Unidos, pero es una red de tutelaje que existe en todos los países occidentales y conecta a todos los países occidentales. En EE UU, a pesar del colapso financiero, su poder económico ha crecido: su porción de recursos económicos ha crecido entre 250% y 300% desde los noventa. Para dar un ejemplo concreto, y en este caso cito a Dana Priest -dos veces ganadora del Pulitzer-, de The Washington Post, hay 817.000 personas trabajando en labores de seguridad top secret.

P. ¿Y esas estructuras velan fundamentalmente por salvar al capitalismo?
R.
Las grandes corporaciones han penetrado tanto ese Estado de seguridad opaco y el sistema político que se están llevando todo el valor añadido por los contribuyentes.

Assange afirma que en Estados Unidos hay ahora una tensión entre el sistema nacional de seguridad paralelo y lo que denomina anarcocapitalismo, es decir, las grandes empresas. Compara el Estado de seguridad paralelo norteamericano con el que construyó Putin para dominar a los oligarcas.

Para terminar, Assange, que no deja títere sin cabeza, reserva su traca final para los complacientes medios de comunicación. "Los medios de comunicación internacionales son un desastre. Estamos en una buena posición para verlo porque nos llega material política e históricamente significativo, lo liberamos, y vemos cuántos medios se hacen eco y con qué rigor. Podemos ver también los esfuerzos para suprimir la información que damos. Mi conclusión es que el entorno de los medios internacionales es tan malo y tan distorsionador que nos iría mejor si no hubiera ningún medio, ninguno".

Se acaba la entrevista. Assange se levanta y muta. Se convierte en otra persona. Se desprende de un plumazo de toda su intensidad y gravedad. Se vuelve ligero, encantador, sonríe. Rejuvenece. Lo último que dice, una vez apagada la grabadora. "No creas a nadie. No creas a nadie. No creas a nadie. Te estarán mintiendo.

Ver otros enlaces de El País:

http://www.elpais.com/articulo/internacional/mayor/filtracion/historia/deja/descubierto/secretos/politica/exterior/EE/UU/elpepuint/20101128elpepuint_25/Tes http://www.elpais.com/global/
http://www.elpais.com/videos/internacional/Javier/Moreno/Garantizar/seguridad/fuentes/fundamental/elpepuint/20101128elpepuint_1/Ves/ http://www.elpais.com/articulo/internacional/Inquietud/personalidad/modo/trabajo/Kirchner/elpepuint/20101129elpepuint_13/Tes http://www.elpais.com/articulo/internacional/Wikileaks/acaba/diplomacia/clasica/elpepuint/20101129elpepuint_41/Tes

http://www.elpais.com/edigitales/entrevista.html?encuentro=7439

miércoles, 10 de noviembre de 2010

El club de los fotógrafos malditos

El fotógrafo João Silva pensaba desde hacía un tiempo dejar su trabajo como corresponsal de guerra del diario The New York Times. Tras más de 25 años de reportería gráfica, este avezado portugués radicado desde muy pequeño en Sudáfrica repetía a sus amigos que se acercaba la hora de pasar más tiempo con sus hijos, pasear en su moto y alejarse de las bombas y de las balas. "Definitivamente no quiero que me hieran. Definitivamente no quiero morir -dijo en una entrevista en diciembre pasado-. Pero he visto a tanta gente caer que no descarto el hecho de que mi turno llegue algún día". Su turno llegó hace una semana, cuando pisó una mina en la provincia afgana de Kandahar que le quitó la parte inferior de las piernas.

¿Por qué no renunció antes? "En parte porque era adicto a su trabajo, en parte porque sentía que tenía la responsabilidad de mostrar al mundo la realidad y en parte porque vivía de eso, y las oportunidades para los fotoperiodistas cada vez son menos", comentó a la Revista Semana, de Bogotá, Greg Marinovich, su amigo íntimo y compañero en el Club del Bang-Bang: ese grupo de cuatro temerarios fotógrafos cuyo destino ha estado marcado por los triunfos profesionales y por las tragedias personales. Silva y Marinovich son los dos únicos sobrevivientes del clan que cubrió como nadie los últimos años del apartheid, el sistema de segregación racial que discriminó a la mayoría negra sudafricana entre 1948 y 1994. Los otros dos miembros, Ken Oosterbroek y Kevin Carter, murieron en 1994, durante el proceso democrático que llevó a Nelson Mandela a la Presidencia. A Oosterbroek lo alcanzó la bala de un soldado de un cuerpo de paz en abril; Carter se suicidó tres meses después.

El incidente en el que João Silva perdió parte de las piernas en Afganistán es la última de una serie de desgracias que ha sufrido el Club del Bang-Bang, un grupo de cuatro fotógrafos de guerra reconocidos por su valentía.

El Club como tal nunca existió. 'Bang-bang' era la expresión con la que los periodistas sudafricanos se referían a las continuas balaceras callejeras que debían presenciar. "El bang- bang hoy estuvo muy fuerte" o "necesito un trago porque vengo del bang-bang" eran frases típicas en las salas de redacción. El término se afianzó cuando la revista Living publicó un artículo sobre los fotógrafos más valientes del momento que tituló Los paparazzis del bang-bang. Como algunos de los protagonistas sintieron que la palabra paparazzi aminoraba su imagen de reporteros de guerra, los empezaron a llamar club. Al principio cualquier fotoperiodista del conflicto hacía parte de este, pero con el tiempo se redujo a los cuatro más populares. De hecho, Marinovich y Silva publicaron un libro con sus experiencias que titularon El Club del Bang-Bang.

El cuarteto compartía una pasión desbordada por la fotografía y creía que a través de ella podía aportar algo a su país. Carter, tal vez el más rebelde de todos, creció en un suburbio para blancos de Johannesburgo. Más de una vez contó que enfurecía cuando sus padres, "católicos y liberales", como los describía, callaban al ver que la policía maltrataba a los negros que vivían ilegalmente en su barrio. Oosterbroek, Marinovich y Silva también fueron criados con las injusticias de la época y vieron en la fotografía su forma de protestar.

João Silva, considerado uno de los mejores fotoperiodistas de guerra de la actualidad, ha trabajado en Sudáfrica, Irak, Afganistán, República Centroafricana, Rusia, entre otros países. Hoy se recupera en un hospital en Alemania del estallido de una mina.

Nunca paraban de disparar el obturador. Cuando Oosterbroek recibió el impacto que lo mató, Silva lo fotografió varias veces. También retrató a Marinovich herido de bala en el pecho. Aunque ha asegurado en más de una ocasión que se arrepiente de haberlo hecho, también ha afirmado que lo hizo porque a su amigo Ken le hubiera gustado verse en ese momento. Según cuenta su editor en The New York Times, Silva siguió tomando fotos incluso después de pisar la mina: "Es un artista del conflicto", reza el memorando que envió a todos los trabajadores del periódico.

"Vivir en medio del peligro era como una droga para ellos -dijo a esta revista Dan Krauss, director del documental La muerte de Kevin Carter, nominado al Óscar-. Esperaban que se acabara el 'apartheid' mientras tomaban fotos que cambiaban su vida y la de los sudafricanos. Por un lado, buscaban satisfacción personal y, por otro, perseguían algo más grande que ellos mismos". Krauss fue fotógrafo de prensa durante casi diez años y Carter era uno de sus ídolos. Por eso decidió explorar su personalidad, que considera "demasiado sensible" para alguien que debía lidiar en su día a día con matanzas, torturas y violaciones.

Greg Marinovich recibió el Premio Pulitzer en 1990 por la imagen de un hombre quemado vivo, en una práctica común durante los últimos años del ‘apartheid’. Fue herido en 1994 y abandonó la reportería de guerra hace 10 años, cuando se casó.

La foto más famosa de Carter es la de una niña sudanesa que, víctima de una desnutrición evidente, descansa en un peladero mientras la acecha un buitre. La imagen recibió en 1994 el codiciado Premio Pulitzer. El fotógrafo, de 33 años, fue entonces acusado de inhumano por haber tomado la imagen en vez de ayudar a la pequeña. Lo llamaron descorazonado, depredador y lo compararon con el ave de rapiña. El día que fue publicada, The New York Times recibió cientos de cartas de gente que quería saber qué había pasado con ella. En un hecho

inusual, el periódico respondió con una nota en la que explicaba que la chica se había alejado del lugar caminando, pero que no conocía su destino final.

Días después de recibir el galardón, Carter parqueó su camioneta frente al río donde solía jugar cuando niño, pegó el extremo de una manguera al exosto y metió la otra punta por la ventanilla del copiloto. Se puso el walkman, apoyó la cabeza en un saco de dormir y murió envenenado por monóxido de carbono. "Estoy deprimido… Sin teléfono… dinero para la renta… dinero para mantener a mi hija… dinero para pagar las deudas… ¡dinero! -escribió en su carta de despedida-. Estoy embrujado por las vívidas memorias de matanzas y cuerpos y rabia y dolor…".

Ken Oosterbroek murió de 31 años. Tiempo después, un miembro de las fuerzas de paz aceptó que la bala que lo mató fue disparada por uno de sus compañeros. Silva lo retrató apenas recibió el impacto. Ni a Oosterbroek ni a sus amigos les gustaba usar chaleco antibalas.

Para hacer esta fotografía, por la cual recibió el Premio Pulitzer, Kevin Carter esperó durante 20 minutos a que el buitre abriera las alas. Como no lo hizo, la tomó. Luego se sentó debajo de un árbol y se echó a llorar.

"No creo que se haya suicidado solamente por la foto, opina Krauss. Ken, su mejor amigo, había muerto poco antes en acción y él no había estado ahí para ayudarlo, pues había ido ese día a responder una entrevista por el Pulitzer; el 'apartheid' acababa y eso de cierta forma culminaba su misión; además estaban las acusaciones de que era un tipo sin compasión...". Philippa Garson, periodista sudafricana que trabajó con Carter en el diario Mail & Guardian, contó a Semana que lo vio desesperado la última vez que fue a su oficina. "Me contó que su vida era un desastre, consumía pipa blanca, una droga muy fuerte que te pone como estúpido, zombi. Le recomendé que fuera a un psicólogo y le di el teléfono. Siempre pensó que el premio que le dieron a él lo merecía Ken y que él merecía la bala".

Lo cierto es que el día que Oosterbroek falleció cambió por completo el destino del Club. No solo porque era el más admirado del grupo, sino porque muchos cuestionaron que arriesgaran su vida por una foto, y que prefirieran capturar una imagen antes que ayudar a la gente. "Tratas de mantener el riesgo al mínimo y las fotos al máximo -reflexiona Marinovich, quien recibió un Premio Pulitzer en 1991 por la fotografía de un hombre que fue quemado vivo-. Ayudamos muchas veces a la gente sin preocuparnos por las fotos. A veces se puede hacer las dos cosas: en un segundo puedes disparar docenas de imágenes y después, ayudar".

Según los reportes médicos, Silva, de 44 años, evoluciona favorablemente en un hospital alemán. Y aunque algunos de sus amigos y seguidores creen que llegó el final forzoso de su carrera, otros están seguros de que lo verán en unos años, con prótesis en las piernas, tomando fotos en la línea de fuego.

Publicado por la Revista Semana
http://www.semana.com/noticias-gente/club-fotografos-malditos/146867.aspx

sábado, 28 de agosto de 2010

Los Kirchner embisten a la prensa argentina

Con la pareja presidencial argentina, Néstor Kirchner y Cristina Fernández, nunca se puede saber qué ocurra. Al menos en cuanto al primero, mientras con un ojo mira a sus opositores, con el otro apunta a las medidas para someterlos. Es así como el matrimonio porfía en imponer recortes a la libertad de prensa, sobre todo a raíz de los cuestionamientos a su incapacidad para gobernar, a la corrupción galopante y a su enriquecimiento ilícito.

El enfrentamiento que durante tres años ha protagonizado la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, con los medios de comunicación de su país y especialmente con el diario Clarín, tuvo por estos días otros dos alarmantes capítulos. En el primero, el gobierno austral revocó la licencia de Fibertel, una empresa proveedora de Internet con más de 1,2 millones de suscriptores que pertenece al conglomerado de medios, por supuestos vicios en una fusión con otro operador.

Pero la embestida más brutal fue emprendida por la propia mandataria. El pasado martes, en Buenos Aires, presentó un reporte oficial de más de 400 páginas en que se acusa a los dos medios escritos más influyentes de Argentina, Clarín y La Nación, de aliarse hace tres décadas con la dictadura militar de ese entonces para tomar el control de Papel Prensa, la única fabricante de papel periódico del país y proveedora de 170 diarios locales. Según Fernández, los antiguos dueños de la empresa fueron forzados a vender sus acciones a ambos rotativos -Clarín tiene hoy el 49 por ciento, La Nación, el 22 y el Estado, el 27 por ciento-. Con este informe en mano, el Ejecutivo anunció medidas que podrían desembocar en la toma de las acciones por parte del Estado. Y quien controla la materia prima controla la información.

El matrimonio Kirchner -Cristina, la mandataria, y Néstor, el ex presidente y actual diputado y secretario de Unasur- eleva así a un nivel casi delirante su pelea con la prensa al acusarlos de crímenes de lesa humanidad contra los Graiver, familia originalmente propietaria de Papel Prensa. Pero los registros muestran que la transacción comercial no solo fue legal y pública, sino que se llevó a cabo cinco meses antes de que los militares desataran su persecución contra los empresarios. Además, el mismo día en que el Gobierno revelaba los ataques, dos miembros del clan, Isidoro y María Sol Graiver, negaban las acusaciones de la Casa Rosada y ratificaban que la venta de sus intereses se realizó en completa libertad y sin presión alguna.

Desde que los medios de comunicación rechazaron el manejo oficial de la crisis del sector agrario, el Ejecutivo no ha cesado en sus ofensas verbales ni en el empleo del aparato estatal para asediarlos. El cierre de la proveedora de banda ancha, el sumario contra otra empresa de televisión por cable y las denuncias de complicidad con la dictadura para comprar Papel Prensa se enmarcan en un sistemático plan desde la Presidencia para intimidar, demonizar y desmantelar a varios grupos mediáticos, en especial a Clarín.

Los recientes ataques se suman a la aprobación de una ley de medios que restringe la propiedad y despedazaría a este conglomerado, hoy suspendida por decisión judicial. Pero, además, hay que mencionar la revocación de los derechos de transmisión del torneo nacional de fútbol, la abusiva redada de la administración de impuestos contra la sede del diario y un bloqueo temporal del sindicato de camioneros de las plantas de ambos periódicos.

Semejante movilización del poder ejecutivo argentino es una amenaza profunda a la libertad de prensa en toda América Latina. Iniciativas legislativas para controlar el papel periódico, investigaciones judiciales, programas en los canales de propiedad estatal, comisiones de regulación empresarial y órganos de vigilancia se cuentan dentro de las armas que la administración ha usado contra lo que el ex presidente Kirchner llama "dictadura mediática". Aprovechándose del gran tamaño y poderosa facturación de Clarín, así como del dolor que aún producen los años de la dictadura, la Casa Rosada quiere untar de un falso barniz de democratización un asalto feroz contra las conquistas que a la sociedad argentina le costaron tanto recuperar.

Editorial de El Tiempo, de Bogotá, 28 de agosto de 2010.

http://www.eltiempo.com/opinion/forolectores/los-kirchner-embisten_7882606-1

miércoles, 18 de agosto de 2010

Aumenta la censura en Venezuela


CARACAS, agosto 18 de 2010. Dos días despuès de haber denunciado la acumulaciòn de cadáveres en la morgue de Caracas, el influyente diario 'El Nacional' dejó en su edición espacios en blanco con la palabra 'censurado' en letras rojas.

El presidente venezolano, Hugo Chávez, afirmó este miércoles que "el país exige respeto" ante lo que calificó de "pornografía" de los medios privados locales, a los que una corte ordenó "abstenerse" de publicar fotos de violencia o sangre.

Durante un consejo de ministros, Chávez mostró la primera página del diario estatal 'Correo de Orinoco', que publicó informaciones referidas a las protestas de los médicos que trabajan en la morgue de Caracas por la publicación en dos diarios privados de una foto de cadáveres amontonados en una de sus salas.

"El país pide respeto", expresó el mandatario al apoyar las quejas de los funcionarios de la Morgue de Bello Monte, la única de Caracas, organismo que ha centrado la opinión pública desde el pasado viernes, cuando el diario 'El Nacional' publicó la foto.

Este miércoles también, editores y el gremio de periodistas venezolanos criticaron la medida judicial que prohíbe a dos diarios caraqueños publicar fotos de muertes y violencia, y la calificaron de "absurda" y "censura previa".

Un tribunal de Caracas ordenó el martes la aplicación de esa medida después de que la Defensoría del Pueblo denunció que la publicación, el viernes pasado en la primera página de 'El Nacional', un diario muy crítico del Gobierno, de una foto de cadáveres en la morgue de Caracas, afectaba a los niños y a los adolescentes.

Eleázar Díaz Rangel, editor del diario 'Últimas Noticias', de Caracas, considerado próximo al Gobierno, tildó de "absurda y sin sentido" la "medida preventiva innominada" dictada por la corte de protección de niños y adolescentes contra los diarios 'El Nacional' y 'Tal Cual', que también publicó, el lunes, la misma imagen en su portada.

La medida judicial señala además que "todos los medios impresos" deben "abstenerse de realizar publicaciones de imágenes" de hechos "violentos (...) que de alguna u otra forma vulneren la integridad psíquica y moral" de los menores mientras el tribunal decide sobre la causa, es decir, durante un mes, resaltó Díaz Rangel.

"Aunque sea por un mes se está estableciendo un mecanismo de autocensura (...) Por primera vez desde 1999 el Estado venezolano da motivos a que se le señale como restrictivo de la libertad de informar", expresó Díaz Rangel en un editorial este miércoles.

A su juicio, la medida judicial es "innecesaria", ya que "no tiene aplicación en la mayoría de los medios" locales que, "por normativa ética", no publican ese tipo de imágenes.

Díaz Rangel señala como "una prueba de la falta de sentido de esa sentencia" que el tribunal "limita la medida a un mes", por lo que se pregunta "cómo interpretar" la cuestión y "por qué a partir del 17 de septiembre se pueden publicar gráficas de contenido violento".

Por su parte, el editor de 'Tal Cual', el opositor Teodoro Petkoff, afirmó que la publicación en ese diario de "la terrible imagen de la morgue" fue un acto "claramente político" y de "desobediencia civil" ante la conducta, a su juicio, irresponsable del Gobierno frente a la violencia que azota al país suramericano.

Petkoff, ex ministro de Planificación y ex guerrillero, argumentó que en el diario que dirige no existe la llamada 'página roja' y que "nunca" ha practicado "el periodismo asociado con los hechos de sangre".

En su opinión, "era previsible" que el "poder" actuara en contra de los medios y tratara "de matar al mensajero" en vez de "prestarle atención al mensaje", porque, argumentó, el "objetivo" último del Ejecutivo sería limitar "la libertad de expresión".

"Desbordados por la delincuencia, sin planes prácticos y eficientes para hacerle frente, el Gobierno da palos de ciego y extrema el idiotismo de sus planteamientos públicos sobre el tema", añadió Petkoff.

Asimismo, el Colegio Nacional de Periodista (CNE) expresó en un comunicado divulgado este jueves que la medida judicial que prohíbe al menos durante un mes publicar fotos de violencia "puede generar autocensura" en los medios afectados.

El Colegio criticó que en este caso "se utilice una causa noble como lo es la protección de los menores de edad como una excusa para silenciar a los medios" locales.

La polémica imagen, tomada por un fotógrafo de 'El Nacional' en diciembre del 2009, según asegura el diario, muestra varios cuerpos semidesnudos y desnudos, ensangrentados y amontonados en las mesas y el piso de la morgue de Caracas, la única de la capital.

'Espacio en blanco'

El diario venezolano 'El Nacional' acató el fallo del tribunal y optó por dejar en su edición de este miércoles espacios en blanco que llenó con la palabra "censurado", desplegada en letras rojas.
"Estamos censurados, esto es inconstitucional y atenta contra la libertad de expresión", protestó Miguel Henrique Otero, editor de 'El Nacional' en una entrevista radial este miércoles en la mañana.

El fallo del tribunal 12 de Caracas, emitido el martes, prohíbe a este diario "la publicación de imágenes, informaciones y publicidad de cualquier tipo con contenido de sangre, armas, mensajes de terror, agresiones físicas que aticen contenidos de guerra y mensajes sobre muertes y decesos".

"Si aquí hubiese una foto, usted vería a un padre llorando por un hijo que ya no tiene", muestra la leyenda de la fotografía de primera página del 'El Nacional' que no publicó y cuyo espacio llenó desplegando la palabra "censurado".

La página de sucesos del diario, totalmente en blanco, despliega también un gigantesco "censurado" en letras rojas.

Todos los sondeos coinciden en que la inseguridad es la mayor preocupación de los habitantes de Venezuela. Sólo en Caracas hay unas 50 muertes violentas cada fin de semana y en todo el país los asesinatos superaron los 16.000 en el 2009, según cifras extraoficiales que convierten a Venezuela en el país más violento de la región.

CARACAS (AFP-Efe)

lunes, 16 de agosto de 2010

El envenenamiento del lenguaje

La excesiva diferenciación entre ellos y ellas, presidente y presidenta, niños y niñas, todos y todas, nos puede convertir en brutos y brutas.

Locura furiosa se ha apoderado de muchos escritores y columnistas (y también de columnistos y escritoras), y hasta de ciertos curas (y algunos curos). “Todos y todas” (padre Llano, EL TIEMPO, 29/5/10), “colombianos y colombianas” (la izquierda enfermiza), y otro sinnúmero de ridiculeces semejantes son cosa cotidiana. Muchos ignoran que el envenenamiento de la lengua se produce con este lenguaje sexista, que pretende incluir antes que excluir.

Sexista, digo, porque la introducción de estos vocablos excluye los universales e incluye el sexo como categoría dialéctica y convierte a sus hablantes en ignorantes de postín. Ocurre algo parecido con vocablos como “presidente” y “presidenta”, ignorando también que todas las palabras terminadas en “ente”, como consecuENTE, hacen referencia al “ENTE”, y que el ente es un universal que no admite “ENTA”, como “presidENTA” o “consecuENTA”, en referencia al sexo femenino.

Tales son las razones que hacen de este peculiar lenguaje sexista, discriminatorio y craso, algo que los colectivos feministas y similares quieren, precisamente, evitar con su uso abusivo y ridículo. Claro que muchos (y muchas) se escudan en que se trata de “ganar la confianza de los lectores, a través del respeto por su inteligencia” (Yolanda Reyes, EL TIEMPO, 31/6/10), para acto seguido espetar que se debe promover “la concepción de niños y niñas deseados y deseadas”, construcción horripilante, que sí irrespeta la inteligencia de los lectores, pues nadie a quien yo conozca puede pensar que no hay entre los niños deseados ninguna niña que no lo sea. ¡Que bajeza gramatical! ¡qué supremo irrespeto a la inteligencia del lector! ¡qué falso igualitarismo!

Pero existen, aparte de la supina ignorancia y rebajado estilo, causas más profundas y significativas para incurrir en semejantes abusos lingüísticos: la introducción a una nueva Era humana, adonde nos conducen como a borregos idiotizados por la moda y por las teorías de género: “…hombre y masculino podrían significar tanto un cuerpo femenino como uno masculino; mujer y femenino, tanto un cuerpo masculino como uno femenino” (Judith Butler).

Ocurre que “el hombre” es un género que incluye a la mujer, pues se puede hablar del “hombre sobre la tierra” y mientras así se habló, antes ninguna mujer se consideró menospreciada o excluida (Eva incluida). Tampoco los hombres se sintieron jamás excluidos porque se denominara “persona”, en femenino, a su ser constitucional. Sólo el feminismo más exacerbado pudo formar un combate donde ni siquiera podía hacerse una escaramuza.

Claro que el género puede descomponerse en dos piezas, por lo que también podría hablarse del género masculino y del femenino, de la misma manera que el género embarcaciones se puede descomponer en barcos y botes o en canoas y balsas.

Se entiende, sin embargo, que ambos géneros, el masculino y el femenino, pertenecen a uno mayor, el “humano”, mucho mayor aún que “el hombre”, que contiene los anteriores. Entonces, cuando genéricamente se habla del “hombre” o de “lo humano”, los dos sexos están incluidos. Hasta un niño en uso de razón lo puede entender, como cuando se le dice: “Sal a la calle y diles a los niños que entren”. El niño jamás habrá de entender que es sólo a los varones, excluidas las mujeres, a quienes hay que decirles que se entren. Usando el sentido común dado por la naturaleza, el chico habrá de comunicar el mensaje a todos, niños y niñas. Claramente distinguirá el género sin que ninguna feminista tenga que darle instrucciones al respecto, ni deberá asistir a un curso acelerado de no-discriminación dictado por una agencia de las Naciones Unidas ni acatar una regulación Distrital para entenderlo.

Tampoco un adulto sentirá ofensa alguna porque se diga “la persona humana”, pues difícilmente reclamará para sí el derecho a que se diga “la persona y el persona humana y humano”. Esto sería tanto como suponer que se debe objetar que el órgano viril deba denominarse exclusivamente en masculino, cuando todos sabemos que existe mayoría de denominaciones femeninas que lo describen. Ningún hombre se siente afectado por esto.

Lo que salta a la vista es que de lo que realmente se trata es de declarar una guerra, de crear un conflicto de competencias lingüísticas, sociales, antropológicas y aun burocráticas, porque, tras estos términos, muchas feministas esconden las aspiraciones a una especie de ginecocracia que les otorgue la mitad del poder en las administraciones públicas. Intentan eliminar el sentido común, desnudar al hombre de todo aquello que, en sola apariencia, pudiera sospecharse discriminatorio hasta alcanzar, como alguien dijera, una "paridad obstétrica" (Fernando Sánchez Torres, EL TIEMPO, 9/2006).

Pretende dicho combate llegar a demostrar, por la fuerza de las presiones políticas y del cabildeo de poderosas organizaciones feministas, y no por la vía científica, que el hombre y la mujer son absolutamente iguales, y que lo son en toda circunstancia genética, social y psicológica. Tal disparate ha llegado al extremo de escribir documentos en el que se pone un asterisco (*) para eludir y socavar la determinación genérica del lenguaje. Debilitada la fibra cristiana de la sociedad, se ha hecho fácil tarea suplantar al legislador con sentencias constitucionales sexistas, que destruyen los fundamentos de la familia heterosexual, el matrimonio y, por ende, el sexo mismo. De allí que ahora se pueda reclasificar al hombre y a la mujer como especies transgenéricas que superan el “arcaico” concepto de sexo, verdadera revolución cultural y conceptual.

Para las feministas, el sexo no está dado por la naturaleza, sino por la sociedad que se ha empeñado en una discriminación de género. Por eso se envenenan las lenguas que tienen el femenino y el masculino en sus vocablos, como en el caso del español. Más difícil lo tienen las feministas con el inglés, o el alemán, idiomas que generalmente no distinguen entre lo uno y lo otro, porque, ¿cómo se diría en femenino la palabra children, o this child para referirse a un niño o a una niña? ¿O cómo se haría para persuadir a los ingleses que al referirse al barco (she, the boat) no lo interpreten como femenino, sino como masculino, como es el caso del español? En esta lengua se les hace necesario inducir a creer que el sexo está radicalmente separado del género y que todas estas ridiculeces y fealdades idiomáticas son, en realidad, formas más humanísticas de incluir lo que desde el amanecer de los tiempos se entiende como incluido; si esto se logra, entonces ya queda mucho más fácil inducir a que se crea que el pene masculino y la vagina femenina son meros accidentes genéticos que nada tienen que ver con la diferenciación de la especie humana en hombres y mujeres. Tal es el sesgo sexista del lenguaje artificialmente inducido.

¿Seremos tan brutos y brutas, estúpidos y estúpidas, para definitivamente ceder a tan extravagantes pretensiones? (Parece que sí, según se oyen los discursos de los políticos y las políticas, los curas y los curos, los columnistas y los columnistos.)

Tomado de El Tiempo, de Bogotá, domingo 11 de julio de 2010. Por Pablo Victoria.

domingo, 6 de junio de 2010

El poder cerebral de la TV

La mejor prueba del gran poder que tiene la televisión es que ella nunca se ve forzada a cuestionar lo que hace. Hay excepciones, por supuesto, y aquí me voy a referir a una de ellas. No, claro, no es en Colombia donde eso ocurre; me refiero a una emisión especial, denominada “La zona extrema” y transmitida la semana pasada por la cadena francesa TF2, en la cual se hizo una adaptación del célebre experimento sobre la sumisión, de Stanley Milgram.

El experimento de TF2 fue así: ochenta individuos, seleccionados al azar, fueron invitados a participar, cada uno por su lado, en una especie de juego-reality en la televisión. En dicho juego había un concursante que debía memorizar una información y luego responder a unas preguntas hechas por quienes fueron invitados. El concursante estaba sentado en una silla eléctrica y el papel del invitado consistía en impartir una descarga cada vez que la respuesta era errada. Al principio las descargas eran pequeñas, pero iban aumentando a medida que las equivocaciones se acumulaban. En realidad, el concursante era un actor y no había tales choques eléctricos, pero el invitado estaba convencido de que todo era real: el público, el animador del juego, el concurso y por supuesto el pobre tipo sentado en la silla eléctrica, el cual gritaba de dolor y pedía que suspendieran el juego. Resultado: el 80 % de los invitados llegó hasta el final de la punición, es decir, hasta impartir 480 voltios, una descarga que puede llegar a ser mortal. (En el experimento de Milgram, hecho en un contexto muy diferente, solo el 62% de los invitados llegó hasta el final).

Una vez terminada la presentación del experimento, la emisión de TF2 estuvo dedicada al debate sobre la televisión. Para Christophe Nick, director y creador de la emisión, los resultados prueban el poder que tiene la tele para domesticar a la gente. Otros, en cambio, consideraron que si bien el experimento muestra la manipulación que existe en los llamados TV-realities, no dice mayor cosa sobre la sumisión del simple televidente.

A mi juicio, el mérito de “La zona extrema” no fue el de haber presentado la prueba reina de la manipulación que ejerce la televisión (otros estudios lo han hecho y quizás mejor), sino el de haber puesto a discutir a todo el país sobre la televisión y sus efectos.

Hoy nadie duda del poder enorme que tiene la televisión. Un poder que consiste en captar la atención de millones de personas durante buena parte de su vida cotidiana (se calcula que, en promedio, un francés que vive 80 años, pasa más tiempo de su vida frente a la televisión que en la escuela y el colegio juntos). Quien mejor ha descrito ese poder es Patrick Le Lay, un antiguo empresario de una cadena privada de televisión en Francia, quien alguna vez dijo que su negocio con Coca-Cola consistía en venderle “tiempo de cerebro humano disponible” a la embotelladora.

¿Qué hace la televisión con ese tiempo cerebral disponible? Esta es la gran pregunta que todas las sociedades, incluyendo a la nuestra, por supuesto, deberían plantearse.

Noam Chomski dijo alguna vez que lo primero que debemos hacer los ciudadanos es cuidar de nuestro cerebro. “Si tuviéramos un buen sistema educativo —decía—, nos darían cursos de autodefensa intelectual”.

En el país hay que empezar por ahí; es decir, por valorar el cerebro de los colombianos; sólo así podremos lograr que algún día la televisión esté dispuesta a cuestionar lo que hace.

Por Mauricio García Villegas, profesor de la Universidad Nacional e investigador de Dejusticia.

Sábado 27 de marzo de 2010.
http://www.elespectador.com/
http://www.elespectador.com/columna195313-tiempo-cerebral-disponible

martes, 18 de mayo de 2010

Carlos Villar Borda (1926-2010)

El maestro Carlos Villar Borda durante sus últimos meses. Foto tomada de El Tiempo.

A los 84 años se apagó en Bogotá la vida de uno de los más eminentes periodistas colombianos y de habla hispana: Carlos Villar Borda. No obstante haber sido encendido crítico del indiscriminado empleo de los adjetivos, por considerar que atentaban contra el rigor informativo, el maestro se lleva consigo todo un arsenal de ellos: objetivo, minucioso, investigador, riguroso, aplicado, responsable, versado, profundo, ecuánime, preciso, infatigable, porfiado en la búsqueda de la verdad, respetuoso, desvelado por la ética, sensible al manejo del idioma, estricto en el deber ser y hacer, y otros muchos que resumen su filosofía y su obra.

Su auditoría a los artículos de sus más cercanos colaboradores, como acontenció en el diario El Tiempo de Bogotá durante los años '70, puso en jaque a muchas de las plumas más leídas del periódico, inclusive al precio de que, para merecer la luz pública, muchas notas, noticias y crónicas debieron haber sido reescritas varias veces, cuando no condenadas a la papelera.

Durante su gestión como Coordinador de Redacción del rotativo, que por aquellos años tenía su sede en la Avenida Jiménez con Carrera 7a., estableció un boletín diario que circulaba dentro del periódico y en el cual no sólo formulaba principios de ética, redacción y responsabilidad, sino que incluía aquellos errores de enfoque, estilo, tratamiento de las noticias y modos del lenguaje que menoscaban la filososofía periodística.

Las pautas establecidas a lo largo de su gestión permitieron a El Tiempo ofrecer una calidad periodística impecable desde todo punto de vista: presentación, contenido, dinámica, etc., que las nuevas generaciones de la Casa Editorial no alcanzaron a heredar.

Compañeros y discípulos de entonces recuerdan la figura señorial del maestro, su emblemática gabardina inglesa, su chaleco y corbatín, su infaltables pipa y paraguas, sus modos austeros en el trato, la agudeza en el humor y su manera de asentir frente a un trabajo de redacción. Bastaba un movimiento suyo de cabeza aprobando un texto para que el respectivo reportero lo entendiera como todo un triunfo, como una lección aprendida.

Cuando se produjo su vinculación con El Tiempo, en 1974, Roberto García-Peña desempeñaba la dirección del diario. Los hermanos Enrique y Hernando Santos Castillo eran los jefes de redacción. Entre otros, a la planta de periodistas pertenecían Ismael Enrique Arenas (judiciales), Tomás Gama (internacionales), Isaías González, Héctor González, Héctor Sánchez Parra, Gonzalo Castellanos, Germán Castro Caycedo, Alegre Levy, Sylvia Jaramillo de Quiñónez, Julia Brociner de Milewicz, Gloria Valencia Diago, Rosita Mora, Daniel Samper Pizano, Pilar Tafur, Nora Parra, Julio Roberto Bermúdez, Martha Valenzuela, Darío Restrepo, Killian Guarín, Gabriel Gutiérrez, Andrés Alzate, Kilian Guarín, Octavio Quintero, Javier Ayala, Henry Maldonado, Alejandro Moya, Enrique Santos Calderón, Santiago Pardo, Lucas Caballero Calderón (Klim), Abel Rodríguez, Gloria Helena Rey, María Eugenia Martínez, María Luisa Chávez, Claudia Turbay de Granja, Rogelio Echavarría, Germán Salgado, Rodrigo Sangiral, Eliécer Ortega, El Mono López, Guillermo Pérez Téllez, Félix Marín Mejía, René Pérez, Guarino Caicedo Cáceres, Óscar Tafur, Rodrigo Palacios Mejìa, Lucrecia Jaramillo, Humberto Jaimes Cañarete (Jefe de Deportes) y su staff de colaboradores, Rafael Matallana Rivera, Camilo Tovar Ramos, Jaime Ortiz Alvear, Hernán Peláez Restrepo, Guillermo Fulleda Cárdenas y Víctor Rosas Aguilar.

Mensaje del CPB

"El Círculo de Periodistas de Bogotá lamenta el fallecimiento del ilustre periodista Carlos Villar Borda, acaecida en la capital colombiana, a sus 84 años, tras prolongada enfermedad pulmonar.

Villar, uno de los testigos más versátiles de la historia latina de los últimos 60 años desde la prensa, fue pionero del periodismo colombiano en el concierto internacional, corresponsal en la Casa Blanca, corresponsal itinerante en más de 30 países, director en la United Press International (UPI), de 6 juegos olímpicos y otras tantas competencias panamericanas y campeonatos mundiales de fútbol.

Cubrió la mayor parte de los golpes de Estado que caracterizaron la inestabilidad política de América Latina entre los años 50 y 80; también, la invasión norteamericana a Cuba y la incursión de esa misma potencia en República Dominicana, y numerosas conferencias de la Organización de Estados Americanos, OEA.

Transmitió igualmente la masacre estudiantil del 68 y la muerte del Che Guevara, entre muchos otros acontecimientos, suceso este último sobre el cual escribió 2 de 5 libros. Dos son sobre el General Rojas Pinilla e Ismael Pérez Pazmiño y, el último, "La pasión del periodismo", una escuela de vida sobre la profesión, de invaluable contribución para historiadores y nuevas generaciones, bajo el auspicio, como merecidísimo reconocimiento a su vida y obra, de la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano.

Fue Coordinador de Información de El Tiempo (cargo hasta entonces solo reservado para los Santos, los propietarios) y director de sus Lecturas Dominicales; modernizó El Universo, el primer diario de Ecuador, fundó la facultad de Periodismo de la Universidad Laica Vicente Rocafuerte de Guayaquil, auspició la creación de escuelas de periodismo en El Universo y El Tiempo, e hizo varios manuales de estilo para diversos medios.

Miembro de una familia bogotana de intelectuales, de sus seis hermanos sobreviven María Luisa, Beatriz, Alberto y Leopoldo. De su primer matrimonio, con Olga Riviere deja 4 hijos: Carlos, Ximena, Corina y Marcela, y del segundo, con Jeannette Stein, un hijo: Felipe.

En menos de dos años partieron tres hermanos: Luis, Julia y Carlos Julio Villar Borda.La vida y obra de Carlos Villar Borda lega un patrimonio de rectitud, independencia, eficiencia y objetividad ejemplares, para los aspirantes a seguir una profesión con ética, entrega sin horario por la verdad y el bien común.

El CPB expresa a su muy querida familia, allegados y amigos su profundo sentimiento de condolencia, los acompaña y abriga con su solidaridad absoluta, y rinde homenaje a la memoria del eminente e ilustre colega exaltando su nombre como ejemplo excepcional del periodismo colombiano".

Versión de El Tiempo

A los 84 años murió ayer en Bogotá el periodista Carlos J. Villar Borda, quien por más de 50 años se destacó como uno de los más reconocidos profesionales colombianos en América Latina.
Miembro de una familia de periodistas e intelectuales, Villar Borda estuvo vinculado a los principales medios de comunicación de Colombia, América Latina y Estados Unidos. Comenzó muy joven su profesión, de la mano de su padre, quien durante muchos años fue director de la oficina en Bogotá de la Associated Press (AP).

Se vinculó en los años cincuenta a la United Press International (UPI), que curiosamente era la principal competencia de la agencia noticiosa, que dirigía su padre. Allí hizo una brillante carrera de más de dos décadas. Primero fue corresponsal en Colombia y en los años 60 fue trasladado a Washington, donde ejerció la corresponsalía en la Casa Blanca para los asuntos latinoamericanos.

Su amplio conocimiento del continente fue aprovechado por la UPI para cubrir importantes acontecimientos regionales, como la guerra civil en República Dominicana y la intervención estadounidense en ese país en 1965; los cinco ascensos y cuatro derrocamientos del presidente ecuatoriano José María Velasco Ibarra; el golpe de Estado de 1953 en Colombia y los accesos de los militares al poder en Suramérica entre los años 50 y 70.

Cubrió para América Latina muchas de las más agitadas asambleas de la Organización de los Estados Americanos (OEA), entre ellas aquella histórica en la que se decidió la exclusión de Cuba del sistema interamericano. Coordinó el cubrimiento para todo el mundo de la visita del papa Paulo VI a Colombia en 1968, y cubrió en 1967, en Bolivia, la muerte del guerrillero Ernesto 'Che' Guevara, de quien escribió dos libros biográficos.

Prácticamente sin haber ido nunca a un estadio, coordinó para el Departamento Latinoamericano de la UPI el cubrimiento de seis Olimpiadas, seis Juegos Panamericanos y cinco Campeonatos Mundiales de Fútbol. Eran famosos sus memorandos en que explicaba a los corresponsales cómo debían escribir una crónica de béisbol.

A su retiro en 1974 como Vicepresidente de la UPI para América Latina, fue nombrado Coordinador de Redacción de EL TIEMPO, cargo equivalente a una jefatura de Redacción que sólo habían ejercido los hermanos Enrique y Hernando Santos.

Fue implacable crítico de la mediocridad y firme defensor de la ética y de la independencia. Una vez retirado del diario bogotano, en 1978 asumió la asesoría editorial y de Producción del diario El Universo, de Guayaquil, donde desarrolló una profunda transformación.

Tras volver a Colombia, en la década de los 90, fundó y dirigió la Escuela de Periodismo de EL TIEMPO, donde se prepararon muchos periodistas del diario, varios de los cuales ocupan hoy destacadas posiciones en la redacción de este periódico.

También dirigió el equipo que escribió el Manual de Redacción de EL TIEMPO, que sigue siendo la cartilla de navegación de los periodistas de este diario.

Hasta los últimos días estuvo pendiente de los desarrollos de la actividad periodística. Escribía con regularidad para el periódico de oposición Un Pasquín y era un severo crítico de la falta de independencia y objetividad.

Le sobreviven su esposa Jeannette Stein, sus hijos Carlos, Ximena, Corina y Felipe, y sus hermanos Leopoldo, Beatriz y Alberto.

domingo, 16 de mayo de 2010

Periodista que enfrentó al DAS gana premios

Dos galardones internacionales que recibió la periodista Claudia Duque volvieron a llamar la atención sobre su caso, que tiene que ver con los controvertidos seguimientos del DAS.

Esta semana, Claudia Julieta Duque ganó dos premios internacionales de periodismo: uno otorgado por la oficina sueca de Reporteros sin Fronteras, y otro por la International Women's Media Foundation. Ambos reconocen el coraje que les ha puesto a sus investigaciones en el tema de derechos humanos y especialmente en el caso del asesinato de Jaime Garzón, pero, sobre todo, la lucha que ha librado tras las denuncias de persecuciones y amenazas desde el 2001.

En los micrófonos y en los estrados ha dado una paciente batalla para que detener las acciones en su contra, y para que se revele la información que el DAS compiló acerca de ella. Ahora los sucesos parecen girar en su favor: se han hallado pruebas que ratificarían sus denuncias.

—Usted ha denunciado que su caso tiene origen en 2001, y que se relaciona con su investigación sobre el asesinato de Jaime Garzón...

—En el trabajo que yo hacía, descubrimos que la investigación se había desviado con el fin de dar una falsa ilusión de justicia. Se usaron testigos falsos. La muerte de Garzón es un crimen de Estado, y en tales casos todo el Estado se mueve para garantizar la impunidad.

—Sus denuncias indican también que luego se añadieron nuevos motivos a las persecuciones...

—A lo del caso Garzón se suma que, tras regresar al país, asumí la coordinación del Congreso Mundial de la Federación Internacional de Derechos Humanos, cuando el Presidente tildaba a los defensores de derechos humanos de "traficantes". Además, estaba yo investigando la infiltración del paramilitarismo en la Fiscalía. Pero el ensañamiento contra mí tiene origen en el caso de Jaime Garzón, y se agrava porque yo siempre supe que el responsable de los ataques contra mí era el DAS, y así lo dije.

—¿Qué opinión le merecen hoy los últimos directores del DAS, empezando por Jorge Noguera?

—Noguera es un hipócrita. Y además es un presunto criminal. Es un hipócrita porque en 2003, cuando mi situación se agravó, le dirigimos una carta para exigir que cesaran los ataques. Noguera nos contesta y niega que el DAS tenga intención de atacarme. Se reúne con nosotros y nos pide las pruebas. Le entregamos fotos, números de placas.... Y mientras él fingía interés en nuestro caso, seguía la arremetida.

—Y sobre Maria del Pilar Hurtado...

—Durante su período se reúne conmigo su subdirector, Joaquín Polo, y al igual que Noguera, niega que haya algo contra mí en el DAS, me pide que confíe en él y expresa deseos de ayudarme. El acta de esto hundirá a Polo por encubridor, y por supuesto a Maria del Pilar, su directora. Mientras Polo se reunía con nosotros, las labores de Inteligencia contra mí continuaban.

—Andrés Peñate ha tenido una carrera destacada en el gobierno y en la empresa privada. Su imagen no es la misma que la de otros directores del DAS...

—Al nombrar directores del DAS, desde Noguera hasta Muñoz, el gobierno ha escogido gente que sabe administrar muy bien la cara de inocente. Hay testimonios comprometedores contra Andrés Peñate, que lo involucran con órdenes contra Piedad Córdoba y Gustavo Petro. Además, creó una "comisión de la verdad" que fue una comisión de mentiras y sólo propuso pañitos de agua.

—¿No cree que Muñoz está comprometido con depurar y reformar la institución?

—Cuando la Corte Constitucional ordena al DAS entregarme toda la información que tiene acerca de mí, en una sentencia histórica y valiosa, Joaquín Polo niega que la información exista. Y luego Felipe Muñoz entrega la información a la Fiscalía: esto prueba que la información existía, pero
Muñoz nunca cumplió la sentencia que ordenaba entregármela. Eso también se llama encubrimiento.

—Muñoz habló recientemente sobre el tema en el Congreso...

Él dice que yo he tenido una relación tormentosa y difícil con el DAS. Eso es cierto: me han torturado psicológicamente, me han amenazado, me han interceptado, me han seguido, han elaborado informes sobre mí. Él dice que si el uno por ciento de lo que yo denuncio es verdad, merezco una disculpa. Pues resulta que en mi caso hay la mayor carga probatoria que la Fiscalía tenga en el caso del DAS.

—¿Qué instituciones o qué personas funcionaron correctamente en su caso?

—Logré sobrevivir gracias a gente que cumplió con su deber de manera correcta. Destaco al coronel de la Policía Luis Alfonso Novoa: me salvó la vida en la peor época de mi caso. Siempre dio la pelea por mí. El patrullero de la Policía Wilson Pérez acompañaba a mi niña todo el tiempo después de las amenazas contra ella. Y lo hizo con gran humanidad: en el colegio, al tiempo que organizaba juegos con los niños, planeaba rutas de evacuación. Fabio Cepeda, un sargento de la Policía que hacía rondas por la casa, confirmó que existían los seguimientos contra mí.

—¿Cómo ha actuado la Fiscalía?

—Mis denuncias están en la impunidad desde 2001. Incluso el expediente de mi primera denuncia, de mi secuestro, desapareció. La fiscal que tiene ahora el caso está actuando de manera peligrosa: dilata la consecución de pruebas, y, tras solicitar nosotros la declaración de Carlos Alberto Arzayús, ordena que se reciba en el sitio donde está recluido junto con José Miguel Narváez, en una instalación militar. Ahora nos toca a las víctimas ir a donde ellos están recluidos a entrevistarlos. Eso para mí es un nuevo acto de intimidación.

—¿Cuáles son sus expectativas de justicia?

—Le pedí al Fiscal General que se compulsen copias para investigar al Presidente de la República, por la teoría de que él es el jefe máximo del DAS, y, como tal, por acción u omisión tiene que estar respondiendo judicialmente por lo que sucedió. No en los medios de comunicación sino ante la Justicia, y que sea la Justicia la que determine si es inocente o no.

—Con relación a este tema, ¿cuáles son sus expectativas frente al próximo cambio de gobierno?

—Creo que si Juan Manuel Santos llega al poder esto va a ser el acabose; va a haber una línea para que esto siga en la impunidad. Mockus por lo menos vende el lema de la legalidad. Con Petro, el gran problema sería que él quiere justicia y verdad, pero está dispuesto a negociar justicia por verdad.

—Hecha la salvedad de que nada justifica las mencionadas acciones de persecución, es cierto que un sector de la población ve a las ONG de derechos humanos como simpatizantes o auxiliadoras de la guerrilla. ¿Qué piensa usted al respecto?

—Con el rastreo tan microscópico que se nos hizo, si esa teoría fuera cierta, esos supuestos vínculos habrían sido descubiertos y judicializados. Por el contrario ellos hablaban de "sembrar pruebas". Hay un acta de Jorge Noguera y Arzayús donde la queja es que no se han encontrado pruebas.¿Cómo recibe los premios que le han otorgado recientemente?Nunca he creído mucho en los premios, pero estos vienen de organizaciones de periodistas, y por tanto son un respaldo fundamental. Los recibo con gratitud y humildad, y se los dedico a mi hija, una víctima inocente.

—¿Hacia quiénes siente especial gratitud?

—A las directivas del colegio de mi niña por su apoyo; a todos los amigos que nos dieron refugio en sus casas; a las Brigadas de Paz; al pueblo kankuamo, uno de cuyos mamos bajó de la sierra a hacerme una aseguranza; a los medios de comunicación, porque si esto no se hubiera hecho público yo no habría salido con vida; al Colectivo de Abogados; a mi familia; a muchas organizaciones internacionales, y a mis compañeros de Radio Nizkor.

—¿Empezará ahora una etapa más tranquila en su vida?

—Me gustaría ser optimista. Pero esto sigue pasando.

Por ANDRES MEJÍA V.

T0mado de
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jueves, 29 de abril de 2010

Mónica Rincón (1973-2010)

De manera sorpresiva murió durante la madrugada de este jueves 29 de abril la comunicadora social y periodista Mónica Rincón, del Servicio Informativo de Caracol Radio.

La inesperada y prematura partida de nuestra compañera ha causado un golpe emocional muy fuerte a todos los integrantes de la infraestructura periodística y, en general, a todos los miembros de la Primera Cadena Radial Colombiana, Caracol.

Mujer juiciosa, muy trabajadora, se levantaba todas las mañanas antes de la una de la madrugada para estar hacia las dos frente a su computador, preparando los libretos para la emisión de noticias de las 4 de la mañana.

A esas horas de la madrugada, cuando la gran mayoría de colombianos duermen, Mónica escarbaba entre informes periodísticos de sus compañeros, textos de agencias informativas, periódicos locales, nacionales e internacionales y contacto permanente con los corresponsales en todo el país, para seleccionar las noticias que llegan a los oyentes de Caracol Radio.

Mónica Rincón Camelo había nacido el 14 de junio de 1973 en el hogar de Alfonso Rincón y Belén Camelo, quienes hoy están profundamente compungidos por este suceso y a quienes enviamos un abrazo de solidaridad y fraternidad.

Su esposo se preparaba para celebrarle próximamente su cumpleaños número 37. Hoy se encuentra atribulado, al igual que su hermano Javier Alfonso, a quienes acompañamos y les infundimos fuerzas para entrentar este difícil momento.

Paz en la tumba de Mónica, quien se caracterizó por ser alegre y positiva ante los retos que le trajo la vida, aquellos que en su momento supo afrontar determinación y valentía.

Tomado de caracol.com.co - Jueves 29 de abril de 2010.