lunes, 28 de septiembre de 2009

Honduras: Clausurada radio opositora

Un policía hondureño custodia la entrada principal del canal 36 Cholusat hoy, 28 de septiembre de 2009, en Tegucigalpa (Honduras), luego de que el presidente interino Roberto Micheletti mediante un decreto gubernamental ordenara el cierre de este y otros medios. EFE / Ulises Rodríguez
Un policía hondureño decomisa uno de los equipos de transmisión de la emisora Radio Globo hoy, 28 de septiembre de 2009, en Tegucigalpa (Honduras), luego de que el presidente interino Roberto Micheletti mediante un decreto gubernamental ordenara el cierre de este y otros medios. EFE / Ulises Rodríguez

TEGUCIGALPA, Honduras, septiembre 28 de 2009. (AFP) - El gobierno de facto de Honduras clausuró este lunes la radioemisora Globo de Tegucigalpa, uno de los últimos medios opositores al régimen que funcionaban en el país, tras un decreto que restringe las libertades públicas dado a conocer el domingo, constató la AFP.

El canal de televisión 36, que también mantenía una línea opositora, se encontraba la mañana del lunes rodeado por militares y la señal estaba fuera del aire, aunque no se confirmó si las instalaciones fueron tomadas.

Una veintena de policías antimotines y militares tomaron el edificio en que se encuentra alojada Radio Globo, a eso de las 05H30 locales (11H30 GMT) y sacaron la señal del aire, sin que encontraran resistencia, dijo a la AFP el periodista Carlos Paz, que labora en ese medio de comunicación.

Paz agregó que hasta el momento no se había logrado localizar telefónicamente al director de la radio, David Romero.

Luego del ingreso, los policías comenzaron a retirar materiales y equipos del edificio de la emisora, ubicado en el céntrico Boulevard Morazán.

"Han desmantelado la radio, han desmantelado la Constitución de la República", dijo Andrés Pavón, presidente del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos de Honduras (CODEH). "Es una agresión total, estamos frente a un régimen militar", agregó.

Radio Globo ya había sido cerrada por el régimen los primeros dos días tras el golpe de Estado que depuso al presidente constitucional Manuel Zelaya, el pasado 28 de junio.

La noche del domingo, el gobierno de facto oficializó un decreto que restringe la libertades públicas con el propósito de contrarrestar las actividades del movimiento que busca el retorno de Zelaya a la Presidencia.

Zelaya regresó hace ocho días al país en forma secreta y se refugió en la embajada de Brasil, que permanece sitiada por centenares de soldados y policías.

Entre otras medidas, el decreto autoriza "impedir la emisión por cualquier medio hablado escrito o televisado, de manifestaciones que atenten contra la paz y el orden público", o que "atenten contra la dignidad humana de los funcionarios públicos o las decisiones gubernamentales.

En principio, el gobierno había dicho que el decreto debía ser ratificado por el Congreso. Las medidas tendrían una vigencia de 45 días a partir de su aprobación legislativa, de conformidad con el informe oficial.

Francia denunció los "graves atentados" contra las garantías constitucionales y las libertades en Honduras, según un comunicado divulgado el lunes por el Quai d'Orsay, sede de la cancillería francesa.

Francia, que "sigue con clara preocupación" la evolución de la situación política en el país centroamericano, "denuncia los nuevos y graves atentados generados, por decreto del 26 de septiembre de las autoridades de facto, a las garantías constitucionales, especialmente las libertades de movimiento, de reunión y de información".

París también lamentó la expulsión de la misión preparatoria de la Organización de Estados Americanos (OEA), que debía "abrir la vía a un nuevo esfuerzo de mediación", indica el comunicado.

Una periodista de pantalones

JARTUM, Sudán, 7 de septiembre de 2009. (EFE). Una periodista sudanesa fue condenada el 7 de septiembre por "vestirse de manera provocativa" y encarcelada por usar pantalones, informan la Red Árabe por la Información de Derechos Humanos (ANHRI) y el International Press Institute (Instituto Internacional de Prensa, IPI).

Los manifestantes que apoyaban a Lubna Ahmed Hussein fueron golpeados en el exterior del tribunal y se expulsó a los reporteros de la sesión. Se dio a Hussein la opción de pagar una multa de USD 250, a lo que se negó, y prefirió en su lugar ir a la cárcel un mes para continuar su campaña por los derechos de la mujer.

Sin embargo, fue liberada después de que el Sindicato Sudanés de Periodistas, un miembro del partido gobernante, informó a la BBC que había pagado su multa. La periodista fue arrestada en julio con otras 12 mujeres que también estaban usando pantalones en un restaurante, dijeron la ANHRI, el IPI y el Comité de Mujeres Escritoras de PEN Internacional.

Se había enfrentado a una pena de 40 azotes varias de las mujeres se declararon culpables y se les dieron 10 azotes inmediatamente. Según el IPI y ARTICLE 19. renunció a su trabajo en la ONU, que le habría dado inmunidad, para poner un ejemplo de su propio caso, y argumentó durante el juicio que no había hecho nada malo.

Durante años Hussein ha estado escribiendo su famosa columna "Charla de hombres" en los periódicos sudaneses, y ella y otras mujeres han estado usando su caso para atraer la atención a las leyes arcaicas que persiguen a las mujeres.

La columnista Amal Habbani fue acusada de difamar a la policía por una noticia publicada el 12 de julio titulada "Lubna… un caso de sojuzgamiento del cuerpo de una mujer", informa el IPI. De ser condenada, tendría que pagar una enorme multa.

Los enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y manifestantes ocurrieron fuera del tribunal, informa la ANHRI, y casi 50 mujeres que protestaban en favor de Hussein fueron arrestadas.

"Las mujeres fueron acosadas y golpeadas por las fuerzas policíacas", dice la ANHRI. La mayor parte de las mujeres arrestadas eran reporteras, abogadas y activistas de derechos humanos. La policía además disparó gas lacrimógeno contra la multitud, informa el Programa Árabe para Activistas de Derechos Humanos (APHRA). Una de las mujeres golpeadas sufrió una grave lesión en la cabeza.
IFEX - Intercambio Internacional por la Libertad de Expresión

Libre tras el zapatazo a Bush

BAGDAD, 15 de septiembre de 2009 (AFP). El periodista iraquí Muntazer Al Zaidi, preso por haber lanzado en diciembre de 2008 sus zapatos contra el entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, recobró su libertad este martes y acusó a sus carceleros de haberlo torturado.

Condenado a un año de prisión, el periodista, considerado como un héroe por muchos en el mundo árabe, pero criticado por otros en Irak por su gesto, fue liberado el martes "por buena conducta" y al cabo de nueve meses.

A la salida de la cárcel fue acogido por su antiguos colegas y una pequeña orquesta y para celebrarlo se degollaron varios corderos.

"En momentos en que el primer ministro, Nuri Al Maliki, afirmaba a las cadenas de televisión que no dormiría hasta que tuviese garantías de mi suerte (...) a mí me torturaban de la peor de las maneras, golpeándome con cables eléctricos y barras de hierro", afirmó el periodista poco después de salir libre.

Al Zaidi hizo estas declaraciones durante una rueda de prensa en los locales de la cadena de televisión Al Baghdadia, donde trabajaba antes de su gesto y su condena.

"Me abandonaron en un lugar donde no estaba protegido del frío", agregó, asegurando que sus carceleros utilizaron los ahogos simulados, una técnica empleada por la CIA estadounidense con los sospechosos tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.

"Le pido (al primer ministro Nuri Al Maliki) que presente sus excusas por haber ocultado la verdad", insistió.

Muntazer Al Zaidi justificó su gesto contra Bush afirmando que había querido "vengar" a las víctimas de la guerra en Irak, pero se negó a ser considerado "un héroe".

"La oportunidad se presentó y no la dejé pasar. Lo que quería al lanzar mis zapatos al rostro del criminal Bush era expresar mi rechazo a sus mentiras y a la ocupación de mi país", añadió, estimando que Irak seguía siendo "cautivo" de los estadounidenses.

Sin descartar totalmente que reanude su trabajo de periodista con la cadena de televisión iraquí, afirmó que deseaba ayudar a las viudas y a los huérfanos, víctimas de la guerra en Irak.

Según su familia, debe viajar rápidamente a Grecia para exámenes médicos y curarse de frecuentes dolores de cabeza, los que serían provocados por "productos químicos desconocidos" que le inyectaron durante su detención.

Hazem Al Araji, uno de los jefes del movimiento antiocupación de Moqtada Sadr, elogió "al periodista héroe, cuyo acto representó el sufrimiento de los hijos y las viudas iraquíes".

Al Zaidi, de 30 años, saltó a la fama el 14 de diciembre de 2008 cuando lanzó sus dos zapatos a la cabeza de Bush durante una rueda de prensa en Bagad. El ex presidente realizaba su última visita al país que sus tropas invadieron en 2003.

Condenado en primera instancia a tres años de prisión por "agresión contra un jefe de Estado en visita oficial", su pena fue reducida a un año en apelación. Gracias a su buena conducta en la cárcel se le permitió salir al cabo de nueve meses.

Al conocerse la noticia, las hermanas del periodista se encontraban en su pequeño apartamento de dos habitaciones en el centro de Bagdad, desde donde lanzaron gritos de alegría y empezaron a bailar y dar palmas, según un periodista de la AFP en el lugar.

El abogado de al Zaidi se felicitó por la liberación y rindió homenaje a la independencia de la justicia iraquí. "Esta decisión prueba que la justicia es honesta, independiente y que no está sometida a ninguna presión interior o exterior", precisó Dia al Saadi.

La liberación de Muntazer al Zaida estaba prevista para el lunes, según su familia, pero se retrasó por motivos administrativos.
Por Salam Faraj

lunes, 21 de septiembre de 2009

Adiós a Manuel H.

BOGOTA, septiembre 18 de 2009. "El reportero gráfico debe renunciar, asiduamente, a ciertas satisfacciones de índole familiar o social en aras de cumplir su misión periodística".

Este fue, quizás, el lema que dominó la vida del fotógrafo Manuel Humberto Rodríguez, mejor conocido como Manuel H, quien falleció el viernes 18 de septiembre de 2009, a los 89 años, por complicaciones pulmonares.

"Creo que su legado como fotógrafo es muy importante y que su obra constituye, tal vez, el acervo visual más rico sobre la historia de la última mitad de siglo con el que cuenta el país", comenta el crítico Eduardo Serrano.

Fue tal su pasión por la reportería gráfica, que prefirió siempre invertir todo su dinero en cámaras (deja un museo que supera las 100) antes que en una casa propia. "Siempre vivimos en arriendo", cuenta su hija Margarita.

Manuel H nació en el 14 de julio de 1920, en el tradicional barrio capitalino de San Diego. "Él me contaba —continúa relatando Margarita— que en el lugar donde nació había una placa que decía: 'Aquí nació Manuel H'. Y agregaba, con su humor único, 'es posible que no la encuentre porque algún envidioso se la llevó o algún admirador la tiene'".

Para ayudar a sus padres con el sustento de su casa, Manuel H se empleó, desde los 12 años, en la tipografía de su padrino Carlos, en donde se desempeñaba como mandadero. Por esa época, compró su primera cámara, con la que empezó a tomar fotos a amigos y familiares, mientras estudiaba por su propia cuenta con libros que conseguía.

Fue ese trabajo meticuloso en la tipografía de donde heredó la disciplina y organización con la que manejó el resto de la vida su valioso archivo, que supera las 500 mil fotografías en blanco y negro y las 200 mil en color, sin contar las trasparencias, puntualiza su hija.

No hubo político en Colombia que él no hubiera seguido, destaca Serrano. "Recuerdo mucho las fotos de Belisario toreando y de Laureano Gómez y Jorge Eliécer Gaitán viendo en toros. Él recopiló, visualmente, la historia política del país. Pero también fue el fotógrafo de la vida nacional. Muy recordados son sus trabajos de carácter social o sobre el desarrollo urbanístico de Bogotá".

Alternaba su trabajo de 'freelance' con las colaboraciones a diferentes diario y revistas nacionales, entre los que se destaca El Tiempo, al que se vinculó desde 1952.

Una de sus series más brillantes como reportero gráfico fue la del mundo taurino. "Como fotógrafo de toros no tiene igual no solo en Colombia, sino en América Latina. Sus trabajos de la fiesta brava son sencillamente espectaculares. Fotografió a Manolete, Dominguín, César Rincón y a todos los grandes", anota Serrano.

En 1943 se casó con a María Julia Rodríguez de Rodríguez, con quien compartió 62 años de vida. Le sobreviven ocho de sus diez hijos, 14 nietos y dos bisnietos.

El Tiempo, septiembre 19 de 2009.

Se marchó una señora periodista

Silvia Galvis, con sus nietos Mariana, Sofía y Sebastián. Foto Vanguardia Liberal.

BUCARAMANGA, Colombia, septiembre 20 de 2009. La periodista bumanguesa Silvia Galvis Ramírez, quien falleció a mediodía de este domingo 20 de septiembre, deja de herencia sus críticas y divertidas novelas, sus libros periodísticos de fondo y la memoria de una ocurrente y brillante columnista de opinión. Realizó investigaciones periodísticas para que no se nos olvidara la historia de dictadores y miserias del pasado y con su esposo, el gran periodista investigativo Alberto Donadío, escribió Colombia Nazi (1986) y El Jefe Supremo (1988), este último una reconstrucción descarnada de la dictadura de Rojas Pinilla, de mediados de los cincuenta.

También publicó reportajes sobre las vidas de ocho mujeres colombianas, Vida Mía (1994) e hizo el libro periodístico Los García Márquez que retrata a los personajes de la familia de Nobel con inmensa calidez (1996). Más tarde, en 2001, publicó De parte de los infieles, una recopilación de sus mejores columnas de opinión. Estas piezas inolvidables de periodismo que publicó en Vanguardia Liberal, el periódico de su familia; en El Espectador, su casa por muchos años y, luego, en la revista Cambio, marcaron historia por su estilo cargado de humor crítico. Sus frases lapidarias y cortantes, que parecían a veces divertidas exageraciones, retrataban la corrupción y la doble moral con toda realidad.

Sus novelas, siempre con una inmensa investigación histórica o periodística detrás, eran divertidas sátiras de la triste historia nacional, ultra liberales y blasfemas. ¡Viva Cristo Rey! (1991), Sabor a Mí (1995), Soledad (2002), La mujer que sabía demasiado (2006) y Un mal asunto, un manuscrito en imprenta que reconstruye el asesinato de la política Marta Catalina Daniels. Una vez, poco después de haber publicado Soledad, una reconstrucción minuciosa de la vida de la segunda esposa del ex presidente Rafael Núñez, Soledad Román de 888 páginas, le pregunté cómo andaba. Ella contestó burlona que, feliz, ¡cómo no iba a estarlo después de haber tenido 888 páginas para echar sátiras contra los curas y los godos! También publicó la obra de teatro De la caída de un ángel puro por culpa de un beso apasionado, en 1997, que fue llevada a escena unos años después.

El legado más importante de Silvia para sus colegas, sin embargo, no es ninguna de estas maravillosas obras. Su herencia es de valentía y verticalidad. La verticalidad que tuvo para denunciar los abusos de los militares y la corrupción de los políticos cuando dirigía la unidad investigativa de su diario; la valentía que demostró cuando asumió la dirección de Vanguardia, justo después de que una bomba del narcotráfico intentara callarlo. En estos tiempos de morales elásticas, Silvia no tranzó nunca, a riesgo de pasar por anticuada.

Cuando muchos se hacían los de la vista gorda frente a los abusivos y traficantes de influencia, los blandos que se acomodaban a cualquier ética pública con tal de mantenerse en el poder, quizás para no desentonar o quedar como un intenso, ella se mantenía firme como riel. No es que juzgara, sino que no hacía concesiones. La otra cara de la Sivia mordaz que no claudicaba ante la bobería nacional, heredera de las mejores costumbres santandereanas de ética y coraje, era una mujer dulce y una amiga incondicional.

En los últimos años había enfermado con un mal raro y difícil de diagnosticar, eso la llevó a enclaustrarse en su casa de Bucaramanga, a pasar el mayor tiempo posible con sus nietos a quienes adoraba, y con su familia. A riesgo de que Silvia, desde el otro mundo, se esté burlando de mí por convertirla en estandarte moral, quiero cerrar este homenaje a esa vida valiosa que se perdió este domingo con un apunte personal. Estoy triste porque perdí a una amiga entrañable, pero sobre todo me siento muy sola, porque Silvia siempre fue mi norte ético; ante las dudas que tenía, siempre pensaba cómo hubiera reaccionado ella; qué hubiera hecho o dicho, y trataba de emularla.

La verdadera “apóstol del periodismo” era ella. A Alberto, a Sebastián, a Alexandra y a sus hermanos, Hortensia, Cuco y Virgilio, un abrazo sentido en estos momentos desconsolados.
Por María Teresa Ronderos, Revista Semana, septiembre 20 de 2009.

jueves, 17 de septiembre de 2009

El drama de Adriana Arango

Para el periodismo y para su entorno familiar y social, el episodio sombrío y triste de los últimos meses fue protagonizado por la reconocida presentadora de TV Adriana Arango, a quien la justicia le revocó una medida de casa por cárcel y la envió a la prisión de El Buen Pastor, por los cargos de estafa y captación ilegal de dineros a través de un sistema de "pirámides". Foto Diario HOY.

BOGOTA, septiembre 28 de 2009. La historia de Adriana Arango es una fábula con moraleja según la cual, todo lo que es bello, en cualquier descuido, puede terminar en tragedia.

Su vida era casi perfecta. Tres hijos maravillosos, un esposo cariñoso, prestigio profesional, amigos que la adoraban y un negocio muy prometedor. Y de un día para otro el cuento de hadas se convirtió en uno de terror: se la llevaron a la cárcel de El Buen Pastor y aún hoy no ha encontrado la manera de explicarle a su hija de 6 años lo que le ha ocurrido. En un mes la juez dictará sentencia. Pero los presagios no parecen ser los mejores para Arango. El hecho de que le hayan cambiado la detención domiciliaria por cárcel indica que si la juez llega a condenarla le pondría una pena mayor a tres años de prisión.

No hay una amiga o compañera del colegio o de la universidad, con las que haya hablado Semana, que no diga lo mismo: “Lo que le pasó a Adriana nos pudo haber ocurrido a cualquiera de nosotras”. ¿Qué fue lo que pasó? ¿Cómo pudo tener este tropiezo una persona como ella con un recorrido de aplausos, de admiración y de reconocimientos?

Desde chiquita se destacó. Fue siempre la más aplicada en el Marymount de Medellín y aplicó la misma dosis en la facultad de comunicación social de la Universidad Pontificia Bolivariana. La mayoría de las veces ella se ganaba la beca que le daban al mejor estudiante de toda la carrera.

“Los cuadernos de Adriana estaban escritos con tanto cuidado que parecían hechos como para prestárselos a todo el mundo para fotocopiar”, dice uno de sus compañeros. “Le iba muy bien y sin hacer mayores esfuerzos”, añade uno de sus profesores. Y si a eso se le sumaba la alegría, el carisma y el empuje que desplegaba, Adriana se convertía en uno de aquellos seres entrañables.

Con tales antecedentes no se hizo extraño que se convirtiera en la primera paisa de una camada de presentadoras de exportación a noticieros de alcance nacional. Viajó a Bogotá con apenas 24 años no sólo para reemplazar a la vedette del momento, Margarita Rosa de Francisco, más conocida en ese entonces como la Niña Mencha, sino a compartir set con personajes del periodismo como Yamid Amat y María Isabel Rueda. Alguna vez contó cómo fue esa experiencia.

Llegó a la capital en mayo de 1988, justo el día que secuestraron al político conservador Álvaro Gómez, el papá del director del noticiero 24 Horas: “Estaba en pánico, me sudaban las manos, sentía que el corazón se me oía por el micrófono de lo rápido que me palpitaba, y parpadeaba como loca”.

En la primera mitad de la década de los 90, Adriana se convirtió en una de las periodistas más cotizadas de la televisión y marcó una época cuando hizo fórmula con María Elvira Arango en el noticiero 24 Horas. Por primera vez en el país dos mujeres presentaban noticias, y el fenómeno se volvió moda durante varios años. Después, Adriana marcó de nuevo la pauta cuando con un nuevo compañero de fórmula, Darío Restrepo, presentó En Vivo, un noticiero con tintes de magazín liviano que rompió el silencio de la televisión en las mañanas.

El negocio que hoy la tiene en la cárcel, comenzó en el año 2000. Con su segundo esposo, el administrador de empresas Javier Coy Troncoso, montó una comercializadora para exportar flores frescas y café.

En 2003 le comenzaron a inyectar más capital y en 2004 decidieron agrandar su negocio para encargarse ellos mismos de todas las partes del proceso, desde producir las flores –y para ello alquilaron tierras en la Sabana de Bogotá–, hasta venderlas en ciudades como Buenos Aires, Santiago, Londres, Nueva York y Moscú, y por eso abrieron oficinas en cada una de esas capitales.

El capital de la empresa empezó a crecer de 300 millones en 2004 a 2.400 millones en 2007. Buena parte era aportado por amigos y conocidos que les prestaban entre 30 y 500 millones de pesos a cambio de intereses de entre el 3 y el 5 por ciento. Pero en ese momento, y cuando parecían estarse convirtiendo en dos exitosos empresarios, algo comenzó a fallar. Se dieron unas terribles coincidencias.

Según explica Julio César Espíndola, el agente interventor que la Superintendencia Financiera designó para atender este caso, “poner oficinas en todas esas ciudades implicaba muchos gastos en licencias y otros costos jurídicos. Eso se da justo en 2006 ó 2007 cuando el dólar entró en crisis y cayó un 35 por ciento. Y esa crisis les hizo perder capital de trabajo importante”. Con esa debilidad en caja, empezaron a incumplir algunos pagos de intereses.

El mortífero rumor de que se estaban quedando sin fondos empezó a regarse y los acreedores, como una bola de nieve, empezaron a reclamar su dinero. Para ese momento, Adriana y su esposo habían cometido un único pecado, y era la captación ilegal de fondos. Hay una norma según la cual un particular no puede pedir prestado a más de 20 personas. Pero a decir verdad, este pecado es tan común en empresas del país que hasta ahora en la mayoría de los casos no tiene mayor repercusión.

Pero la mala suerte para Adriana y su esposo fue que su crisis coincidió con el escándalo de DMG que hizo temblar al gobierno nacional. Para tratar de menguar el impacto del derrumbe de la ‘pirámide’ de David Murcia, el presidente Álvaro Uribe expidió decretos de emergencia en los que le daba dientes a la Superintendencia para que pudiera intervenir a empresas captadoras. El negocio de Adriana y su esposo lejos estaba de ser una pirámide. Era un negocio lícito que captó dinero para apalancar recursos para su expansión.

La investigación misma dice que las tasas de interés, a diferencia de las ‘pirámides’ que hicieron su agosto el año pasado con intereses de hasta ciento por ciento, en el caso de Tango Trading no pasaban de 5 por ciento. Pero el hecho de que no fuera una ‘pirámide’ no sirvió de nada. En medio de las presiones, la Superintendencia utilizó sus nuevas herramientas jurídicas y decidió intervenir a los Coy Arango.

Los dos esposos trataron de encontrar un banquero internacional que les apalancara financieramente para responder a sus prestamistas, pero no lo lograron. En marzo, el agente interventor les quitó dos apartamentos, dos carros, los muebles de oficina, los electrodomésticos, y hasta vendió por 125 millones de pesos las matas de flores que tenían sembradas. La contabilidad final dice que los esposos recibieron préstamos por cerca de 16.800 millones de pesos de 218 personas. Devolvieron unos 5.000 millones y quedan deudas pendientes por 11.500 millones.

Por esa razón, la juez en la última audiencia, hace unos 10 días, decidió que estaban incursos en el delito de estafa agravada y por eso les quitó el beneficio de la casa por cárcel. Ese día, en los mismos medios en los que Adriana brillaba como una estrella en los años 90, aparecía ahora con una mirada triste y con esposas en sus muñecas. A la cárcel se le puede llamar. Contesta otra persona que la llama con un cariñoso “Adrianita”.

Ella, al darse cuenta de que al otro lado de la línea está un periodista, automáticamente dice que no puede hablar porque está pendiente de la audiencia del próximo 28 de octubre en donde la juez le impondrá la condena definitiva. Pero, en realidad, no quiere que su historia salga en ningún medio de comunicación, porque quiere proteger a sus hijos de 17, 12 y 6 años. En su tono de voz se nota una fortaleza y una tranquilidad sorprendente para la situación en que se encuentra. Quienes la conocen dicen que ella siempre ha sido una mujer muy fuerte. “Sin importar lo que pasara, a Adriana uno siempre la veía optimista. Y muy agradecida con Dios y con la vida”, dice una de sus amigas.

Y no es la primera vez que la vida le pone pruebas difíciles. Con decir que la artritis degenerativa, que cuando la ataca la deja casi paralizada, no ha sido el único de sus padecimientos. Cuando se la diagnosticaron, Adriana hizo acopio de toda su fuerza espiritual, se dedicó a la programación neurolingüística y logró cambiar sus hábitos para doblegar la enfermedad. Ahora, a sus 44 años, enfrenta en la cárcel el desafío más grande de su vida. Pero ella está convencida, dicen sus amigos, que de este también saldrá adelante.Añadir vídeo


Tomado de Revista Semana, septiembre 29 de 2009