lunes, 30 de marzo de 2009

Suena la piqueta alrededor del CPB

Por mis fuentes de entero crédito he sabido que la reciente asamblea del CPB, convocada para el pasado 28 de marzo, volvió a quedarse ensayada por el síndrome del ausentismo.

Suficiente razón me asiste, por lo tanto, para seguir temiendo porque el destino del Círculo de Periodistas de Bogotá pueda ser una réplica de la suerte que acabó con la existencia de instituciones como el Café El Automático (ver nota anterior en este blog).

Así como muchos de los puntuales contertulios de aquel café dejaron de concurrir, por imponderables naturales, preocupa que proceso similar termine con lo que resta del CPB: Es decir, con su historia, suerte y patrimonio, pero de raíz con el estoicismo y con la mística de unos cuantos que han sido la clave para la supervivencia de la entidad. Porque, si bien los socios más nuevos no manifiestan el mínimo interés por asistir a las deliberaciones, una gran mayoria de los veteranos... ¡tampoco!

La situación es un llamado de alerta cuando los ecos de la piqueta que le abre paso a la fase III de Transmilenio empiezan a escucharse por los lados de la Calle 26, donde está localizada la sede del Círculo. Y sobre todo cuando esta es la hora en que no hay consenso —¡mal podría haberlo con el ausentismo terminal!— sobre el proceso de negociación pendiente con las entidades responsables de respectiva la reforma urbana.
Así las cosas, resulta verdaderamente sobrecogedor imaginar que un día apocalíptico no muy lejano, mientras se llama a lista para la verificación del quórum, aparezca por asalto un funcionario de la firma encargada de la demolición del sector y exija la suspensión de la asamblea, todo porque la pala está lista para asestar el primer macetazo contra el área donde actualmente funcionan la sala de juntas y la Secretaría del CPB.

"¡Qué pena, señores, pero órdenes son órdenes!", alcanzo a presagiar que manda el funcionario inconmovible, mientras abajo en la calle un piquete de obreros apresta ruidosamente sus buldózeres , torres y poleas, al tiempo que a través de megáfonos se conmina a los contados asambleístas a desalojar de inmediato las instalaciones del CPB. En esas, imagino a los asistentes a la reunión proponiendo al unísono —y sin ponerse de acuerdo— las alternativas más disímiles, como las siguientes, de la A a la Z:

a). Modificar el orden del día.
b). Continuar con el llamado a lista.
c). Convocar a otra asamblea extraordinaria.
d). Llamar de urgencia al celular del alcalde Samuel Moreno.
e). Esperar a ver si los hombres de la piqueta son capaces de semejante atrocidad. Algo así como lo que en 1973 hizo el presidente chileno Salvador Allende en la Casa de La Moneda, de donde saldría sin vida.
f). Nombrar una comisión para investigar a los responsables de no haber tomado cartas en el asunto.
g). Constituir una comisión de notables para buscar una sede alternativa, al menos en arriendo.
h). En tal caso, designar una comisión alterna para que estudie la viabilidad de un fiador.
i). Invocar los buenos oficios que desde la Casa de Nariño pueda ofrecer su Secretario de Prensa, César Mauricio Velásquez.
j). Una moción de orden.
k). Una mesa de concertación con delegados del Instituto de Desarrollo Urbano, Planeación Nacional y Distrital, la Procuraduría y de los ministerios de la Protección Social, del Transporte y de Comunicaciones.
l). Convocar a los medios de comunicación para que en solidaridad registren el acontecimiento en vivo.
ll). Escribir al email quetalesto@noticiasuno.com
m).
Orar.
n). Ofrecer resistencia física a la toma, pues algunos insistirán en que Allende murió con las botas puestas.
ñ). Declarar persona no grata al funcionario que exige el desalojo.
o). Defenestrar al intruso.
p). Solicitar la presencia de la Defensoría del Pueblo.
q). Redactar un pronunciamiento ante la opinión pública.
r). Exigir la presencia del Comité Internacional de la Cruz Roja.
s). Aunque nunca hagan presencia, exhortar a los socios más influyentes para que intercedan ante el Gobierno Central: Juan Gossaín, Yamid Amat, Darío Arizmendi y Belisario Betancur.
t). Salir a la calle a marchar.
u). Llamar a la policía antimotines o al 123.
v). Telefonear a Enrique Santos Calderón, presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), en su descanso de Anapoima.
w). Convocar a las fuerzas vivas del pais.
x). De cara al Premio de Periodismo 2010, convenir un canje publicitario con Servientrega, para que traslade al menos los archivos del CPB a puerto seguro.
y). Todas las anteriores.
z). Ninguna de las anteriores (¡Dejar así! Como ocurrió con el Café El Automático...).

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