miércoles, 29 de abril de 2009

CPB: Aunque la mazorca se desgrane...

Bastante coloquial podrá parecer esta analogía gráfica con el Círculo de Periodistas de Bogotá en materia de socios que permanecen o se marchan del CPB. Por supuesto, los granos aún en la mazorca simbolizan la suma de socios necesarios en las asambleas al momento de tomar determinaciones conducentes mucho más que a la propia supervivencia: a la estabilidad y al verdadero auge del organismo periodístico con mayor tradición en el país.

Según mis fuentes —¡no soy socia, y por ahora me resigno a ver los toros desde la barrera!— fue gracias a las gestiones de la junta directiva, mediante una fuerte ofensiva de comunicaciones y recordatorios para convocar a sus socios a la Asamblea Extraordinaria de Socios el pasado 25 de abril, como se logró reunir el quórum para deliberar y para contrarrestar el fenómeno del ausentismo que venía frustrando las convocatorias anteriores. Así, con empeño, ¡claro que se puede!

Aparte de otras deserciones que han venido ocurriendo, saltan a la vista ausencias no explicadas de socios que en el pasado ejercieron un rol y asumieron un compromiso en la junta, tales como los periodistas Raúl Gutiérrez y Amílkar Hernández, por una parte, y como Jorge Sánchez, quien, por razones de carácter estatutario que lo inhabilitaban, había renunciado a la dirección ejecutiva del CPB semanas atrás. Entre muchos otros, caso similar corresponde a la socia Nora Parra, cuyo aporte pudiera ser significativo, pero que aparte de sus cuestionamientos a la tarea de la actual junta, nunca ha formulado iniciativa que amplíe las expectativas de los socios en la suerte de la agremiación. Es así como ninguno de los anteriores ni siquiera se hizo representar, lo cual, por supuesto, no da lugar a mayores comentarios.

En el mismo sentido, otro hecho digno de olvidar fue la infortunada reaparición —después de muchas asambleas frustradas por el flagelo del ausentismo— del socio Hugo Sierra, cuya intervención estuvo orientada a desconocer le legitimidad de la figura de la delegación que hacen aquellos colegas que no pueden asistir y que se hacen representar por quienes sí pueden hacerlo, lo cual está claramente consagrado en los estatutos.

El propio Sierra argumentó que sus reiteradas ausencias constituían "una manera de protestar" contra la junta en ejercicio, y que en consecuencia se abstendría de ejercer el derecho a votar. En una actitud que describe al pie de la letra su ningún espíritu gremial, pero también —y para decirlo sin eufemismos— su manifiesta falta de carácter, el citado socio abandonó el recinto. Y como lo evidente no requiere demostraciones, cuando fue llamado a votar, el informe de tesorería reveló cómo Sierra se halla en larga mora con el pago de las cuotas trimestrales.

Por suerte, la asamblea deliberó dentro del marco de la convivencia general, adelantó parte de la reforma estatutaria y consiguió elegir a quienes ocuparán los cargos vacantes. Tras comprometerse con la causa, son ellos Wilson Acero, Carlos Piñeros y Ricardo Peláez. Al mismo tiempo, por unanimidad fue elegido fiscal el socio Mike Forero Nougués.

Sobre todo en coyunturas como la actual, enseña la experiencia que la calidad debe prevalecer siempre sobre la cantidad. Porque a partir de unos pocos granos fértiles es posible que el CPB pueda recuperarse y seguir adelante en sus propósitos. ¡Aunque la mazorca siga desgranándose!

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